Alfredo Carracedo autoexilió su pintura a principios de los cincuenta. Había estudiado, como muchísimos, en la escuela nacional de bellas artes Prilidiano Pueyrredón, en los años de la posguerra y formó parte de un grupo de artistas que se denominaron “Grupo Joven”. Con ellos planteaban otro tipo creación pictórica. Eran relegados de galerías y concursos de arte y rápidamente Carracedo decidió volcarse a la docencia y a otros modos de vivir, pero nunca dejó de pintar. Recién desde el 22 de abril de este año es posible conocer su obra.
La galería Towpyha, ubicada en el barrio porteño de San Telmo inauguró “En la sombra de la abstracción”, la muestra que propone un viaje a través de los trazos, las líneas y la experimentación de colores de las vanguardias de los años 50, de cara al presente. En ella hay más de cuatro décadas de pinturas y dibujos inéditos Carracedo (1927-2000); quien integró el Grupo Joven junto a otros argentinos referentes de esa década como Eduardo Mac Entyre y Miguel Ángel Vidal.
El legado del Grupo Joven -que compone en parte a esta exhibición- es rescatado e investigado ahora por el equipo de la galería Towpyha, a cargo de la mayoría del acervo visual del colectivo. En 2023 presentaron, en el Centro Cultural Recoleta, la primera exhibición de la agrupación, que recibió a más de 300 mil visitantes.
La exposición transita el camino artístico de Carracedo desarrollado desde los años 50 hasta los 80. Nunca dejó de dibujar, solo se detuvo cuando un desprendimiento de retina interrumpió de manera abrupta su producción.
Un apasionado del arte como disfrute y de promover mentes creativas
Carracedo fue docente por más de 40 años, aunque también se dedicó al diseño aplicado a distintas disciplinas. En sus clases proponía a los estudiantes diferentes ejercicios para soltar la creatividad de forma abstracta, tomando como punto de partida varios de los ejercicios que formaban parte de los encuentros del Grupo Joven: unir puntos desperdigados en la hoja blanca, hacer collages, etc.
Según compartieron desde la galería, Alfredo buscaba siempre pasar inadvertido: “Todo lo hizo desde una especie de sombra, como sugiere la muestra en su título”. “Quizás una de las razones sería su aversión a las altas esferas de la institucionalidad de las artes, al mercado interfiriendo en la fluidez natural de los tiempos creativos, o a las exigencias sociales propias del ambiente artístico”, observó la curadora chilena Marcela Astudillo.
Durante su paso por el colectivo defendió, junto a sus compañeros, el valor intrínseco de las artes plásticas, posicionándose contra su degradación y ultraje por parte de funcionarios públicos que profetizaban el fracaso del arte abstracto. Promovía un “arte sin pretensiones, lúdico y colectivo”, destacó Astudillo a PERFIL.
A lo largo de esta travesía se podrá observar una narrativa visual que viaja desde una geometría simple e inexacta, construida a partir de líneas y puntos, hasta una serie de composiciones más complejas, resultado de extensas investigaciones y un deseo incansable de precisión y excelencia.
“Anormales estimulados por la cocaína”
La década del 50 fue un momento crítico para el arte abstracto, marcado por el desprecio de críticos y funcionarios públicos. Los artistas fueron sistemáticamente excluidos de salones y becas, quedando despojados de cualquier ayuda financiera. La situación se tornó aún más difícil cuando el entonces ministro de Educación, Oscar Ivanissevich, los calificó como “anormales estimulados por la cocaína, la marihuana, el alcohol y el esnobismo”.
Carracedo integró el colectivo Grupo Joven junto a Diana Chalukian, Eduardo Mac Entyre, Miguel Ángel Vidal y Pedro De Simone. En 1953 participó, junto a Jorge Ciaglia y Héctor Buigues, de la exposición Cerámicas Arganat en el Salón Peuser. Durante su paso por Grupo Joven firmó los manifiestos En defensa de las artes plásticas (1955) y Grupo Joven al cumplir su X aniversario (1956). En 1957 se desempeñó como comisionado de la Asamblea Permanente de Artistas Libres (APAL). Además del arte, incursionó en la joyería, el diseño y la construcción de mobiliario. En 1959 comenzó su trayectoria como docente de artes plásticas en diversas instituciones del país, donde continuó hasta su jubilación en 1995. Su multiplicidad de facetas creativas fue manifestada en cuatro décadas de obra, que se mantuvo inédita hasta el día de hoy.
Alfredo Carracedo, en la sombra de la abstracción. Galería Towphya (Piedras 986). Lunes a viernes de 12 a 18.