CULTURA
Muestra

Bergman en Argentina

Hasta el 23 de junio puede visitarse en la Quinta Trabucco de Vicente López la muestra "Bergman en Argentina", una propuesta que destaca el vínculo entre el realizador sueco y el público argentino. Galería de fotos

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Quinta Trabucco de Vicente López. | Cedoc Perfil

En la relación estrecha con lo teatral, disciplina de la que proviene Ingmar Bergman, como tantos otros realizadores cinematográficos del siglo XX, radica tal vez el “Alcemos el telón” del narrador que abre la historia de Crisis, primera película de una de las filmografías más potentes y personales de la historia del cine.

Parece haber muchos telones en la obra de Bergman, nacido en Upsala, Suecia, el 14 de julio de 1918 y fallecido en la Isla de Fårö, Suecia, el 30 de julio de 2007.

Un realizador cinematográfico que comienza su actividad en el teatro de la Universidad mientras realiza sus estudios de Literatura e Historia del Arte y que continúa en el consagrado Teatro Real de Estocolmo; y cuya obra nunca pierde el sentido en que los modos de lo artificial impactan sobre el mundo real: un mundo observado por esos ojos de por sí subjetivamente arrasadores. Algo así como una síntesis entre la fuerza de la vida, positiva y humanística y la desesperanza y el nihilismo abstracto, diría Marc Gervais en su libro “Ingmar Bergman: mago y profeta”. Y le creemos.

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Llega ‘Persona’, de Ingmar Bergman

Esa etapa inicial, entre Crisis filmada en 1945 y Sonrisas de una noche de verano de 1955, podemos analizarla hoy con la mirada del arqueólogo que revisa los vestigios prístinos de una filmografía monumental y que a su vez, es nuestro deber decirlo aquí, fue observada con detenimiento y por primera vez en una región inédita: el cine de Bergman se proyecta en Uruguay y luego se distribuye en Argentina en momentos de no poca turbulencia política, social y cultural tanto a nivel local como a nivel global.

Época de post-guerra y comienzo de Guerra Fría en el mundo, la primera etapa de la obra de Bergman representa la modernidad de una periferia cinematográfica. Es lógico que, como tal, su repercusión internacional no comience en los centros del mundo, sino en los laterales. Más precisamente en Punta del Este, bien al sur, cuando Juventud Divino Tesoro maraville en el Festival de 1952, donde también se reconocían los estertores del Neorrealismo de Umberto D de Vittorio de Sica, o los comienzos de otras vanguardias: la del Rashomon de Akira Kurosawa. No es casual esta “Bergmanfilia” argentina: la Asociación Psicoanalítica Argentina se había fundado en 1942; la revista “Contorno”, en 1953. Había una nueva izquierda intelectual que leía a Jean Paul Sartre, a Jacques Lacan, a Louis Althuser, a Karl Marx. Durante los años 60 Buenos Aires es un lugar cultural de vanguardia y de permanente discusión intelectual. Su cine ya estaba siendo sacudido por los comienzos de una renovadora generación cinematográfica a cuya cabeza estaba Leopoldo Torre Nilsson.

La tragedia de la condición humana, en el centro de su obra

Ninguno de nosotros vivimos aquella época. Por eso el desafío a pensar el fenómeno “Bergman-Río de la Plata” parte de un “desde aquí”, nuestro propio territorio simbólico espacio-temporal, como un proceso de ir construyendo, apreciando, entendiendo y poniendo en evidencia qué ideas lanzarían hacia el futuro esas películas opacas, existenciales, apocalípticas, abrumadora y puramente cinematográficas.

Programación completa en www.vicentelopez.gov.ar/agenda/vecine-vecine-bergman