Uno de los más destacados filósofos franceses de los últimos años, André Glucksmann, murió el lunes pasado a los 78 años. El anuncio fue realizado el martes por su hijo Raphaël Glucksmann. Junto con Bernard-Henri Lévy y Pascal Bruckner formó parte de un grupo denominado “los nuevos filósofos”.
Cuando gran parte de los intelectuales occidentales –y en particular franceses– se sentían atraídos por la ideología comunista, André Glucksmann –junto a Lévy y Bruckner– la denunciaban en los medios de manera magistral.
El filósofo, nacido en 1937, dijo siempre ser de izquierda. Maoísta en un primer momento, rompió de manera espectacular con el marxismo en 1975, si bien siempre afirmó que era de izquierda. En realidad, lo que marcó su carrera intelectual fue el compromiso contra cualquier forma de totalitarismo.
Esa lucha la llevó incluso a su propio hogar, según cuenta su hijo: “Cuando yo era niño, en mi casa había refugiados de las dictaduras fascistas de América Latina y de las dictaduras soviéticas comunistas de Europa del Este. Todos estaban en casa. En muchas ocasiones me tocó incluso dejarlos dormir en mi cuarto”.
Entre sus últimos libros traducidos al español se encuentran La tercera muerte de Dios, El undécimo mandamiento: ¿es posible ser moral? y Los dos caminos de la filosofía
