Un poeta de La Plata, Carlos Aprea, y otro de Bolonia, Roberto Pasquali, idearon una antología de poemas escritos en tiempo real sobre la pandemia, en la que participan reconocidos escritores de varios países que, por cuestiones cronológicas, se hallan incluidos en la “población de riesgo”. Confines. Antología en tiempo de riesgo, lanzado en el país por el sello Píxel, de La Plata, tiene además un prólogo del filósofo del momento, el italiano Franco “Bifo” Berardi, a quien este tiempo excepcional parece haber estimulado como pocos para producir textos reflexivos sobre las mutaciones del mundo y, desde ya, del lenguaje. Entre otros escritores, participan los argentinos Horacio Fiebelkorn, Alejandro Schmidt, Marta Ortiz, Roxana Páez, Susana Szwarc, Paulina Vinderman y Carlos Battilana; los italianos Isabella Panfido y Alfredo Allegri, los españoles Ramón García Mateos y Alfredo Gavín Agustí, la holandesa Ineke Holzhaus, los peruanos Rosina Valcárcel e Hildebrando Pérez Grande, la cubana Reina María Rodríguez y el uruguayo Luis Pereira. En total, son 28 autores y en el caso de los que no escriben en español, se incluye la versión original del poema.
“Un nuevo espacio se ha abierto en la imaginación psicoanalítica, y también en la imaginación poética –escribe Berardi en el prólogo de Confines-. ¿Qué clase de herramientas tenemos para la elaboración terapéutica en esta nueva configuración de la psico-esfera? Durante un seminario por Zoom con un curso del Hunter College, organizado por mi amigo Daniel Boshkov, Susi Chen dijo algo interesante: ‘La poesía es el critter del lenguaje’. Critters, en el lenguaje de Donna Haraway, son pequeñas entidades, criaturas sub-visibles que proliferan en cualquier parte y transforman la composición del mundo viviente, habilitando la mutación. La sugerencia de Susi Chen es esclarecedora: la construcción estructurada del lenguaje se está desmoronando, erosionada por la penetración de materia psíquica inexpresable en el espacio de la comunicación”. Para Berardi, la pandemia acelera la disolución social motivada por el capitalismo y los pensadores, poetas, artistas, hackers y activistas deben heredar como sea el presente y tomar el relevo. El autor de Futurabilidad cita a Haraway: “Tenemos que crear, fabular, para no desesperar”.
"Aguante poesía" | Cómo es la programación del tradicional encuentro
El Covid-19, si bien es a-significante, evoluciona en forma simbiótica con la especie a la que ataca. “El virus ha desencadenado un proceso de mutación inconsciente, pero este proceso tiene que ser elaborado. Es tarea psi, pero también, y sobre todo, es tarea para poetas. Para anticipar, contrarrestar y disolver una ola de regresión autista, necesitamos reinventar la cortesía, reconfigurar la relación entre deseo y lenguaje, realizar una re-imaginación poética de la conjunción de los cuerpos”, postula Berardi.
La antología organizada por Aprea y Pasquali se asemeja a un encuentro de amistades, que la virtualidad y el aislamiento forzoso y preventivo, paradójicamente, renuevan. “La consigna fue que poemas y textos fueran escritos recientes, que las y los convocados estén muy cerca o dentro de esa franja etaria denominada ahora ‘población de riesgo’ –se lee en el prólogo coescrito por los compiladores-. La pretensión, reunir, dentro de los límites temporales y vinculares posibles, voces de distintas geografías y experiencias”. Así como el virus se trasforma y “juega” con los dados genéticos, la poesía acorta distancias con palabras, emociones y la reivindicación de otro sentido del riesgo.
Publicada en la colección de poesía del sello platense Píxel, la antología por ahora se encuentra en formato PDF. “Esta edición, con diseño de Celestina Alesio, ha implicado un arduo trabajo de ida y vuelta por las redes sociales, pero también mantiene la secreta esperanza en los poderes de las distintas voces poéticas convocadas y en la propia poesía”, dice Aprea. Las traducciones de los poemas en lengua extranjera fueron hechas por Teresa Marino, Alejandra Szir y Dulce María Pallero.
Para solicitar la versión digital de la antología, hay que enviar un correo a esta dirección de mail: [email protected]
Cuatro poemas de Confines
Esperando al delivery, de Mario Arteca
Este es el momento elegido por nadie para hablar
de unas cuantas cosas, todas muy interesantes.
Como hay cantidad de tiempo para decirlas,
el instante se vuelve una simple partícula
de adhesión al infinito. El imán pegado
en la puerta de la heladera no se equivoca
y enseguida llaman a la puerta. De ninguna
manera se presenta un muchacho en moto,
enfundado, semidormido, con una mochila repleta
de elementos perecederos. Tomamos contacto.
Sus ojos asoman como asteriscos negros en la piel
blanca de frío, esa mirada de ratón paseándose
entre los desperdicios sin lugar a otra cosa que
abandonar de pronto el apetito. Como no se trata
de un joven en busca del porcentaje diario, sino
de su pasado, le advierto que yo no llamo porque sí,
que lo que pienso a solas, entre muebles envueltos
por telarañas de inquilinos anteriores, nunca servirá
de alimento a nadie. De todos modos, deja su pedido.
Era una bolsa de supermercado vacía con un mensaje
escrito en tinta china, que decía: “Buena suerte”.
La carta, de Susana Cabuchi
Ha llegado la carta.
Está sobre la mesa,
al lado de las flores.
La miro
largamente.
Conozco la letra.
Pero la leeré a la medianoche,
cuando los trenes
que pasan hacia el norte
hagan temblar los vidrios de la casa.
Efectos colaterales, de Isabella Panfido
Sabemos que por poco tiempo
hoy nos es dado tanto
volvernos animales inocentes al reparo
exentos del mal inmunes a la culpa
eximidos de gastos e ingresos.
* *
En el asedio cada casa es una burbuja
no fuego enemigo o veneno en el aire
no mal o razón,
como viejos esperando la nada
los parches de las comidas, del sueño.
* *
La esencia de las cosas revelada
cada uno absorto en el pozo de sí mismo
nos hace creer que es para siempre
esta luz.
* *
Para quien resiste a la prueba general
la inexistencia es permanecer
como la mirada del Resucitado en Santo Sepulcro
en el silencio de una lengua nueva.
Pájaro negro, de Rosina Valcárcel
Tápame, tápame que tengo frío
Dónde el origen de la tierra
El mundo desigual no me basta
Tu plegaria firme no se escucha
Rara ave con tu pico arrancas mi vientre
La imagen de tus ojos se evapora
El domingo agitado barre las hojas
No hay consuelo para la vergüenza
Salud pájaro negro que dispersas mi vida.