DEPORTES
Enrique Sacco

El mediador

Desde el macrismo lo impulsan para desbancar a los Moyano en Independiente. Alejado del periodismo, lo contrató Turner para negociar con el Gobierno.

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Negociador. Sacco, alejado del periodismo, se mueve entre dirigentes y políticos. | telam

Los últimos años de Enrique Sacco fueron turbulentos. La muerte por negligencia médica de su pareja Débora Pérez Volpin, el trajín judicial que le siguió y su reciente relación con María Eugenia Vidal lo agitaron en un plano mediático muy distinto al que conoció desde sus inicios como periodista deportivo.

Todo eso, más una buscada reconversión profesional, lo hicieron viajar a otra dimensión: Sacco ya no es el conductor de La Oral Deportiva, sino el hombre contratado por Turner para negociar con el Gobierno la cesión de dos partidos abiertos y también uno de los candidatos que impulsan distintos sectores del macrismo para desbancar a la familia Moyano en Independiente.

Movimiento. Estudioso de la gestión institucional y de todo lo que rodea al negocio de la pelota, Sacco se repartió el último año entre la escritura de un libro personal y decenas de zoom con hinchas y socios de Independiente.

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Entre las personas que lo fueron a buscar se cuentan tres dirigentes de Juntos por el Cambio: el intendente de Lanús, Néstor Grindetti; el jefe de bloque en Diputados, Cristian Ritondo; y su amigo Martín Lousteau. Toda una curiosidad para Sacco, quien define a la relación entre fútbol y política como “un combo explosivo”.

Sin embargo, en esas reuniones con hinchas, Sacco se esfuerza –al menos desde la retórica– en no identificarse con el macrismo ni con ningún partido político. Se define como “independiente” y prefiere hablar de “principios filosóficos” más que de ideológicos. 

Es por eso que intenta desmoldar a la oposición de Independiente de su matiz macrista y enfatiza en que en ese espacio también podrían confluir el empresario Daniel Grinbank y algunos funcionarios del kirchnerismo. 

Si bien continúa en el armado, ahora Sacco dejó de estar al frente de esa coalición roja: argumenta que sus funciones en Turner son incompatibles con el barro que implica disputar la presidencia de Independiente. Las elecciones son en diciembre de 2021. Falta mucho y nadie sabe muy bien qué pasará para ese entonces.

Mediador. Turner contrató a Quique Sacco para que se encargue de tres frentes: enfriar la guerra con ESPN luego de las trampas, enojos y vendettas del año pasado; establecer una negociación beneficiosa con los interlocutores del Gobierno (el ministro de Deportes Matías Lammens, el secretario de Medios Francisco Meritello y el funcionario Santiago Carreras); y empezar a delinear los términos y condiciones de una posible extensión del contrato televisivo. 

Turner especuló con que Marcelo Tinelli iba a avanzar en la AFA, y por eso también apostó por Sacco, a quien Tinelli conoce desde hace décadas: los dos nacieron en Bolívar y se asociaron en el fallido gerenciamiento de Sportivo Barracas. Esa llave, más conocer a todos los dirigentes por su reciente cargo en la Superliga, le da margen de negociación.   

Lo mismo sucede con ESPN, con quien Turner mantiene una relación distante desde 2020. Como Sacco trabajó en esa señal durante 17 años, en este poco tiempo pudo reconstruir en algo ese matrimonio por conveniencia firmado en 2017. “Confrontando no llegás a ningún lado, y dialogando llegas lejos”, es uno de sus axiomas. 

Quienes lo tratan destacan su cordialidad, pero a veces eso no alcanza: “No demostró músculo para resolver –aseguran desde el Gobierno, interesados en que Turner libere dos partidos por fecha, como viene haciendo ESPN–. Pidió cuatro condiciones, se aceptaron pero nada se destrabó”. Sacco dice que se podrá avanzar cuando las promesas se cumplan. 

Esa rosca que gira en falso, y que tensa cada vez más la relación Casa Rosada-Turner, puede resignificar su futuro: sumar aliados o adversarios para sus otros partidos, que tienen al fútbol de fondo pero están lejos de jugarse con una pelota.