Goleo, se recupero y llego a la punta

Los dos necesitaban imperiosamente quedarse con los tres puntos. San Lorenzo, para treparse momentáneamente a la punta del torneo (al menos hasta que hoy Boca enfrente a San Martín de San Juan), y Quilmes para empezar a escaparle a la zona caliente del descenso. Así salieron a jugar el partido, como una final.

El primer tiempo fue todo para el conjunto del uruguayo Aguirre: tuvo la iniciativa, el control de la pelota y las mejores chances para abrir el marcador. Pero le faltó lo fundamental: el gol. En parte por la gran actuación del arquero cervecero, César Rigamonti, y en parte por la alarmante falta de puntería de Nicolás Blandi, Ezequiel Cerutti y Bautista Merlini.
Los minutos pasaban y el dominio del Ciclón era cada vez más insostenible para los de Alfredo Grelak, que con un mezquino 4-1-4-1 sólo atinaban a pegarle de punta para arriba y tratar de aguantar la parada de la manera más digna posible. Cosa que nunca ocurrió.

Daba la sensación de que cada desborde por derecha de Angeleri o de Botta por izquierda terminaba en gol. Pero la suerte seguía siéndole esquiva y así el primer tiempo se fue con un muy injusto empate sin tantos.

En el complemento nada cambió: Quilmes salió más dispuesto que nunca a defender con uñas y dientes el empate y la hegemonía de San Lorenzo era cada vez más notoria y contundente. Sólo era cuestión de que los delanteros azulgranas ajustaran la puntería para que el gol llegara.

Y lo que no pudo conseguir en 75 minutos lo logró en apenas 3: a los 76, Cerutti y a los 79 el recién ingresado Avila pusieron el más que merecido 2-0, que reflejó la gran diferencia que había entre uno y otro equipo. Ya sobre tiempo adicionado, llegó la frutilla del postre: Avila se la dejó servida a Blandi para que sellara la goleada que le permite al Ciclón alcanzar a Boca en lo más alto de la tabla.