La esquina de Monroe y Libertador es, a esta altura de la historia, el símbolo de un papelón mundial. Ahí, en la intersección de esas avenidas, empezó la desgracia, cuando el micro que trasladaba al plantel de Boca al Monumental recibió piedrazos y proyectiles lanzados por un grupo mínimo de hinchas de River. El vehículo quedó con sus ventanilllas rotas. Adentro, varios jugadores quedaron heridos por los vidrios estallados, mientras que otros se vieron afectados por los gases que arrojó la Policía para dispersar a los agresores.
Fue la primera y acaso la principal escena de violencia de ayer, pero no la única: después, dentro y fuera del estadio, también hubo incidentes. La Policía, que mandó al micro de Boca por el medio de una multitud de hinchas de River, luego quiso redimirse con balas, gases y palos a hinchas que no habían ejercido ningún tipo de violencia, pero estaban en el lugar y en el momento equivocados.
Al entrar al vestuario visitante, Carlos Tevez, Cristian Espinoza y Mauro Zárate evidenciaron que estaban entre los más afectados, con dificultades para respirar y picazón en la garganta, al tiempo que Nahitan Nández se mostró enojado por los problemas en el arribo. “Son unos hijos de puta”, gritó el uruguayo Nández, quien acompañaba a Tevez, que apenas podía respirar junto con otros asistentes. “Tiraron gas pimienta”, esgrimió el delantero Darío Benedetto con la cara roja y una clara muestra de enojo, en el instante que se metió en el vestuario.
El volante Pablo Pérez y el defensor Carlos Izquierdoz coincidieron en que les tiraron “de todo” al micro. Luego de la declaración a los medios, Pérez le pegó a la puerta del vestuario en una clara muestra de enojo. Pablo Pérez, capitán del equipo, y el juvenil Gonzalo Lamardo dejaron el vestuario visitante para ser trasladados a la clínica Otamendi. Los dos tenían lesiones en sus ojos.
Desde la cartera de Seguridad admitieron errores en el operativo, algo que quedó evidenciado en los videos donde se ve al micro de Boca entrar por una zona repleta de hinchas de River. Eso por un lado. Por el otro, se especuló que la agresión podría estar asociada al allanamiento del viernes en la casa de uno de los líderes de Los Borrachos del Tablón.
“Es difícil de explicar lo que sucedió porque ha sido un episodio confuso, ya que ante las agresiones que recibimos la gente de seguridad decidió tirar gases lacrimógenos y como consecuencia se vieron afectados algunos jugadores”, explicó el ex secretario general del club xeneize César Martucci en el contacto con la prensa. Después llegaron las idas y vueltas de Conmebol, que primero postergó el partido para las 18, luego para las 19.15, hasta que finalmente, tras un acuerdo entre los dos clubes, anunció que se jugará hoy.