Hace dos días, Argentina participó de la Cumbre de Ambición Climática en el quinto aniversario del Acuerdo de París, un encuentro organizado por las Naciones Unidas, el Reino Unido —como presidente de la COP26—, Francia, Chile e Italia en el que participan líderes de gobiernos y actores de la sociedad civil tales como empresas, academias, pueblos originarios, jóvenes, ciudades y regiones.
Durante la jornada, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, anunció un nuevo compromiso de la Argentina: reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero hacia el año 2030, es decir, no exceder las 358,8 MtCO2eq de gases de efecto invernadero (GEI) al año 2030.
Desde FARN plantean que “las metas declaradas por el Presidente no se condicen con los anuncios para los sectores productivos de 2020 (subsidios a los combustibles fósiles, barril criollo, potencial acuerdo porcino con China) “.
Tal como señala un documento publicado este año por FARN, Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN), Fundación Vida Silvestre y el investigador Roque Pedace, el país no solo puede lograrlo, sino que tiene varias opciones y combinaciones tecnológicas para hacerlo.
1. Poner el foco en infraestructura energética verde. Evitar los subsidios al petróleo y el gas y enfocar los paquetes de recuperación económica en eficiencia energética y tecnologías bajas en carbono.
2. Proteger y regular el uso del suelo. Financiar y hacer cumplir la #LeyDeBosques, preservar los #humedales, y transicionar hacia prácticas agrícolas sustentables. Uno de los principales sectores emisores son la agricultura, ganadería, silvicultura y otros usos de la tierra.
3. Transporte bajo en emisiones. Hoy es el mayor responsable de las emisiones de Argentina dentro del sector de energía. Necesitamos un cambio modal hacia opciones eléctricas y no motorizadas.
¿Podremos lograrlo?