Si la mayoría de las personas bajo ningún punto vista arrojaría botellas, latas, bolsas, envoltorios, colillas de cigarrillos o plásticos descartables en el living de su casa, ¿cómo puede ser que lo hagamos con tanta naturalidad en espacios como playas, sierras, bosques, parques o plazas? Está claro que no lo hace todo el mundo ni todo el tiempo, sin embargo, sucede: los residuos no llegan allí por arte de magia y, aparentemente, son cada vez más.
Así lo demostró la cuarta edición del Censo Provincial de Basura Costera Marina realizado durante los últimos meses del 2019 y del que participaron más de 40 ONG´s, instituciones y organismos municipales de distintas ciudades costeras de la provincia de Buenos Aires. También colaboraron más de 700 voluntarios.
Cifras alarmantes. Los resultados recopilados registraron un total de 71.848 residuos y más del 80% representó plásticos. Desglosando ese total se encontraron colillas de cigarrillo (27,3%), fragmentos plásticos (20,6%), telgopor (8,6%), envoltorios plásticos (8,1%), botellas y otros envases (6,9%), bolsas plásticas (6,2%) y tapitas (6,2%).
Aunque no hay cifras oficiales acerca de la cantidad de residuos encontrados en los principales puntos turísticos durante el 2020, todo indicaría que la situación no fue muy distinta, aun tomando en cuenta que el número de turistas sobre todo en la costa fue bastante menor que otros años. Esta realidad resulta preocupante en el marco de los datos difundidos por la ONU: 13 millones de toneladas de plásticos son arrojadas a los océanos cada año y a este ritmo, para 2050 habrá más plásticos que peces en el océano.
Iniciativas que apuestan al cambio. Tomando en consideración el grave impacto ambiental que tienen los residuos para el entorno natural, muchas organizaciones, referentes, vecinos e incluso turistas aprovechan el inicio del verano para impulsar y participar de distintas iniciativas que buscan limpiar espacios turísticos y, a la vez, generar conciencia.
Tal fue el caso del challenge que se hizo viral a comienzos de enero del 2021, #EstoNoEsDeLaPlaya, iniciativa que también tuvo sus réplicas en otros destinos como el sur argentino o las sierras del interior de país.
Nicolás Marín, fotógrafo marino y activista ambiental, lanzó esta iniciativa con el objetivo de visibilizar y generar conciencia acerca de la problemática de los residuos en la costa argentina.
“Yo soy fotógrafo marino y vivo la realidad de esta problemática en primera persona. Observo en el día a día el estado del océano y cómo se va deteriorando a medida que nuestro consumo irresponsable sigue creciendo”, aseguró Nicolás.
El challenge consiste en recoger cualquier tipo de residuo que no pertenezca a la playa, tomar una fotografía y publicarla en Instagram con el hashtag oficial. Al ser consultado por el disparador del nuevo desafío, Marín afirmó: “el año pasado creé #1BottleCigarrette, iniciativa que invitaba a llenar una botella de colillas cada vez que ibas a la playa. La idea era visibilizar esta problemática tomando en cuenta que si hacías un recorrido de 30 metros a la redonda podías llenar tranquilamente una botella. Este año volví a la costa y pensé en reinventar el mensaje porque evidentemente las problemáticas continúan y hay que seguir visibilizándolas. Vi que había mucha cantidad de residuos en las playas y ahí creé el challenge #EstoNoEsDeLaPlaya que se empezó a hacer no solo en la costa argentina sino también en España, Ecuador, entre otros”.
Nicolás invita además a que lo arroben (@nicomarinb) para colaborar en la difusión y de esa manera masificar el mensaje. El paso final es acercar los residuos recogidos hasta el cesto de reciclables más cercano.
A la campaña se han sumado referentes del mundo del surf, artistas, marcas, diversas organizaciones de la sociedad civil y miles de turistas o vecinos locales que se han hecho eco del challenge a través de sus redes sociales.
Este tipo de acciones se suman a las múltiples limpiezas de playas y espacios públicos que se vienen dando cada vez más mediante voluntarios y voluntarias que deciden aportar su granito de arena para el cuidado de estos espacios. “Cada uno puede aportar desde su lugar también en cuanto a sus hábitos y su vida cotidiana. Entre todos y todas podemos hacer una diferencia”, cerró Nicolás.
