El dicho sostiene que cuando se toca fondo la única salida es hacia arriba. Algunos sectores, salvo los que están atados a la crisis de Brasil, se ilusionan con haber llegado al piso de la crisis, que para la industria ya acumula cuatro años de estancamiento.
“Marzo y abril fueron los meses del mayor amesetamiento y caída. Ahora en mayo parecería ir mejor”, indicó el titular de Copal, Daniel Funes de Rioja, como indicativo de la industria alimentaria. En otros rubros como la construcción, se habla del fin de la destrucción del empleo y una incipiente reactivación. Detrás del cambio de tendencia está la reactivación de la obra pública, que comenzó en el último mes y que llevó a la mima Uocra –el gremio de la construcción– a asegurarles a funcionarios del Gobierno que se habían recuperado 3 mil puestos de trabajo de los 54 mil que se perdieron en el sector.
“Esperamos dos o tres meses de recuperación, por el mayor poder de compra. Ya no son salarios de 2015 sino que empiezan a aparecer los primeros salarios de 2016”, sostuvo Funes de Rioja. “En el consumo masivo las perspectivas son de que haya una recuperación”.
Las empresas sostienen que el aumento de los costos y la alta presión impositiva siguen siendo determinantes para reactivar la actividad. Y se ilusionan con que se mantenga una tendencia hacia la baja de las tasas de interés el próximo martes.
“No nos consta que haya un cierre masivo de empresas pero es un riesgo hacia el segundo semestre. Dependerá de qué pase con las importaciones”, explicó el titular de Cgera, Marcelo Fernández. El Gobierno, en tanto, apuesta a que una mayor demanda de dólares del sector importador ayude a frenar la sobreoferta de dólares, que ahora lleva a la apreciación del peso contra la divisa norteamericana. La capacidad de hacer equilibrio determinará qué sectores podrán levantar cabeza y cuáles no.