"Les recomendamos rechazar este acuerdo", fue la conclusión de un seminario web organizado por los abogados que representan al grupo de bonistas que entraron a los canjes de 2005 y 2010. "No queremos litigar y representamos a tenedores de deuda con US$ 4.000 millones que están dispuestos a llegar a un acuerdo", dijo Dennis Hranitzky, de la firma Quinn Emmanuel LP y un experto en demandas contra la Argentina: fue el abogado de Paul Singer, del fondo buitre NML Capital, que encabezó los reclamos contra el país en los tribunales de Nueva York.
Los tres grandes grupos de bonistas dieron a conocer su rechazo unánime a la oferta de canje de deuda que presentó Martín Guzmán y que vence este viernes 8 de mayo. "Estamos dispuestos a negociar pero queremos que Argentina negocie con nosotros", aseguraron sin embargo en el webinar que tuvo lugar a las 14 horas de Buenos Aires y del que participaron muchos tenedores de bonos que analizan qué hacer.
"No queremos litigar. La Argentina no está en default y tienen que pasar muchas cosas para entrar en un litigio. No vamos a ser nosotros", dijo el abogado de Quinn Emmanuel. "Pero si llega ese momento, les podemos recomendar muchas firmas" para que avancen por esa vía, dijo Hranitzky.
Entre las críticas estuvieron la falta de información sobre el plan económico del gobierno de Alberto Fernández y también la oferta "unilateral": remarcaron que, según su punto de vista, la Argentina no está negociando. A eso se suma la falta de certezas sobre cuál es la relación del país con el FMI y cómo se pagará también la deuda con el organismo.
En el análisis de la oferta, los abogados indicaron que los tenedores estarían resignando cláusulas que les son más favorables por otras peores -las que rigen a partir de las emisiones de 2016-. "Se deja de lado protección importante para los bonistas si se acepta la oferta", advirtieron. Y recordaron que en las oportunidades anteriores "se les prometió a los bonistas que les iban a pagar todo lo acordado -en los canjes- pero ahora sufren un nueva quita".
Bajo el título Argentina’s Exchange Offer: "Why We Believe We Can Do Better" (oferta de canje, por qué creemos que podemos tener algo mejor), el grupo de bonistas reestructurados, buscó diferenciarse de los fondos buitre. "La Argentina usó el termino buitre para demonizar a los bonistas. Somos lo opuesto de los buitres porque somos los que apoyamos los canjes", indicaron.
Volvieron los fondos buitre: presentaron otra demanda contra la Argentina
En un repaso de las condiciones propuestas para el canje, donde se señaló el bajo precio por dólar que reciben los bonistas y que "los que ya entraron al canje anterior recibieron una quita importante en 2005 y 2010, con la promesa de que no iba a haber más canjes". No hubo referencias a la pandemia del coronavirus y las circunstancias excepcionales que según los especialistas, podrían ser atenuantes si Argentina optara por un standstill, la opción de no negociar por un tiempo, con el acuerdo de los acreedores, por causas de fuerza mayor como podría ser el impacto del Covid-19.
También se revisitaron elementos que suenan familiares en el país: el pari passu -el trato igualitario entre acreedores- y la cláusula RUFO, que fue reinterpretada por los abogados como una herramienta que impide mejorar la oferta.