El desempleo en América Latina y el Caribe se reducirá este año por primera vez desde 2014, a un 7,8 %, por una recuperación moderada de la economía que rompió el ciclo de desaceleración en la región, informó la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los datos se comparan con la tasa de desempleo de 8,1 por ciento de 2017, uno de sus niveles más altos desde comienzos de la década pasada y que no se había observado ni en la crisis financiera internacional del 2008-2009.
Según la OIT, la tasa de desempleo consideró un crecimiento económico en América Latina y el Caribe del 1,2 por ciento para este año, un 0,1 punto porcentual menos que el año pasado, con expansiones en las economías de Brasil y México pero con una “caída muy importante” en Argentina y Venezuela. "Por primera vez desde el año 2014, en el año 2018 se registra una reducción de la tasa de desocupación regional”, dijo la OIT en el informe de Panorama Laboral 2018.
"Esta leve baja revierte la tendencia alcista de los últimos tres años. Aunque aún es modesta, en un escenario marcado por la incertidumbre y la volatilidad", señala el informe de la OIT presentado en Lima. El panorama laboral en la región sigue siendo vulnerable a los "vaivenes políticos, comerciales y de inversiones a nivel externo e interno", agrega. "Aunque se haya bajado la tasa de desempleo en el 2018, implica que aún hay en la región cerca de 25 millones de mujeres y hombres que buscan trabajo pero no lo consiguen", advirtió Carlos Rodríguez, director regional de la OIT.
Desempleo: hay casi 4 millones de personas con graves problemas de trabajo
La OIT dijo además que el próximo año la tasa de desocupación proyectada para América Latina estará alrededor de un 7,5 por ciento, si el Producto Interior Bruto (PIB) de la región crece el 2,2 por ciento estimado por el Fondo Monetario Internacional (FMI). Si bien la noticia es positiva, lo moderado de la caída de la desocupación y la incertidumbre respecto de la evolución económica para los próximos años dejan como reto pendiente la necesidad de generar nuevos puestos de trabajo y que estos sean de calidad. Pues solo de esa manera será posible integrar a los cerca de 25 millones de desocupados de la región”, agregó.
Por su parte, el economista de la OIT Hugo Ñopo, señaló que la baja en la tasa de desempleo en el 2018 fue impulsada en gran parte por la mejoría en Brasil, que representa el 40% de la población económicamente activa (PEA) de la región. Sostuvo que el gran reto para América Latina y el Caribe es avanzar en la reducción de las desigualdades de género en el trabajo. "Si bien el aumento de la participación laboral de la mujeres ha sido constante, sigue siendo menor en un 20% a la de los hombres y también en los salarios". "La tasa de desempleo femenino llegó a 10% en el tercer trimestre de 2018. Este indicador es más alto que el de los hombres que registró un 7,3% en el mismo periodo", agregó.
"La tasa de desempleo en el sector juvenil en la región llegó a 19,6% en el tercer trimestre de este año, lo que implica un alza entre 4 a 5 puntos porcentuales en los últimos cuatros años. Uno de cada cinco jóvenes en la región busca trabajo y no lo encuentra" (Hugo Ñopo, economista de la OIT)
Según la OIT, la tasa de desocupación de este año aumentó en 10 países y se redujo en 7, de los 19 países para los que se cuenta con información de coyuntura. Si bien para el organismo este año se observó “pocos cambios”, la caída de la desocupación en Brasil en 0,6 puntos porcentuales fue “gravitante” en el descenso regional de la tasa de desempleo. En tanto en Argentina la desocupación se incrementó en 0,4 puntos porcentuales.
Argentina y Venezuela, en rojo
“Las dos economías más grandes de América Latina y el Caribe crecen este 2018. Brasil recupera el crecimiento con el impulso del sector privado y México lo hace en cierta medida porque el acuerdo comercial preliminar con Estados Unidos disipó gran parte de la incertidumbre existente”, explicó el organismo. Asimismo, la OIT destacó el “fuerte crecimiento” de las economías de Chile y Perú por una recuperación de la inversión pública y privada, mientras que Colombia muestra una expansión sostenida por el aumento de los precios del petróleo y una inversión privada dinámica.
En contraste, afectó la contracción esperada de las economías de Argentina y Venezuela, que caerían este año un 2,6 por ciento y un 18 por ciento respectivamente. “El riesgo más visible para la región es que las condiciones externas desfavorables continúen o se agraven. Porque dichas condiciones explican parte importante de la pérdida de impulso en la recuperación económica”, precisó.