ECONOMIA

El efecto Mundial: muchachos, ¿nos volvemos a ilusionar?

Por fin terminó el Mundial, y de la manera en que todos los argentinos querían, con Lionel Messi levantando la copa. También terminaron los comentarios de los medios internacionales sobre el duro contraste entre la realidad económica del país y sus altas esperanzas futboleras. Por un tiempo, ya no habrá que leer más a The Economist dando lecciones de vida a los políticos argentinos (aunque las merezcan y necesiten). Ahora, habrá que ver si se cumplen las predicciones de un paper publicado por la Universidad de Surrey, en Gran Bretaña, acerca de un posible impacto positivo de la victoria mundialista en la economía nacional, un estudio que -sin embargo- muchos expertos comentaron con desdén.

Argentina Campeón 20221223
Argentina Campeón Mundial en Qatar 2022. | AFP

En una de sus habituales columnas para pontificar sobre lo que sucede en la periferia del mundo, la revista británica The Economist aprovechó el triunfo de Lionel Messi y sus muchachos en Qatar 2022 para decirle a los políticos argentinos que harían bien en aprender la “lección” de unidad brindada por los futbolistas durante el mundial. “El dividido Gobierno del país, en el que el moderado presidente (Alberto Fernández) y la izquierdista vicepresidenta pasan meses sin hablarse, podría tomar nota”, apuntó la publicación. “También podría hacerlo la oposición, que a veces ha fomentado la grieta en detrimento de la conciliación”, agregó.

“Al igual que algunos argentinos solían mofarse de Messi, los políticos argentinos tienen la costumbre de menospreciar sus mejores activos”, estimó The Economist. Cristina Fernández de Kirchner y “gran parte de su ala izquierdista del peronismo, el movimiento populista que ha dominado Argentina durante siete décadas -prosiguió-, han vilipendiado la agroindustria argentina y el sector privado en general, a pesar de que son los motores de la economía del país”. 

Festejos en el Obelisco por el Campeonato Mundial de Futbol 20221220
 Festejos en el Obelisco por el Campeonato Mundial de Futbol. FOTO: Télam

Citado en el artículo, el politólogo Andrés Malamud ofreció una interesante mirada sobre el desarrollo de este proceso que se coronó en Qatar. “En los últimos cinco mundiales, a la Argentina le fue mejor con entrenadores humildes y centrados en la planificación” y “le fue mal” con los otros, que resultaron ser “estrellas y fanfarrones”. Estos últimos, afirmó el académico, fueron Diego Maradona en el mundial del 2010 (“aunque era un excelente jugador, era un pésimo entrenador”, dijo The Economist) y Jorge Sampaoli en Rusia 2018. En cambio, “los trabajadores”, y más exitosos, fueron José Pekerman (2006), Alejandro Sabella (2014) y ahora Lionel Scaloni.
“La prudencia y profesionalidad del seleccionador argentino y de su jugador estrella ofrecen un aleccionador contraste con el amateurismo con el que se gestiona la economía argentina, con una docena de tipos de cambio y un sinfín de controles de precios y de divisas -disparó el artículo de la revista británica-. Los líderes políticos argentinos hablan bien, pero no consiguen resultados. A diferencia de Messi, que habla en voz baja y marca goles sin piedad”.

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The Economist no fue el único medio que se tentó de comentar la realidad económica argentina aprovechando la marea de noticias desde Qatar. Por ejemplo, Newsweek publicó una columna del analista chileno Axel Kaiser afirmando que, ahora que ganó otro mundial, el país “tiene la oportunidad de arreglar su economía”. 

“Después de 36 años, Argentina ganó otra Copa del Mundo -escribió Kaiser en la revista estadounidense-. En un país con una historia de jugadores extraordinarios y donde el fútbol se vive como una religión nacional, esto se hizo esperar. También están atrasadas las reformas estructurales necesarias para que Argentina arregle su lío económico”.

Es poco probable que la victoria tenga un impacto tangible en la situación económica del país y su gente, afirmó un analista de un medio europeo

En el artículo, después de repasar la historia política y económica del país, el comentarista chileno coló algunos elogios para el diputado libertario Javier Milei para asegurar que, “al parecer, algo está cambiando en el clima intelectual y político” de Argentina, adonde -especuló- “un movimiento en favor del libre mercado ha ido reuniendo apoyo, especialmente entre las generaciones más jóvenes”.

“Independientemente de que triunfe o no en su candidatura”, dice Kaiser, el “mensaje de Millei ya cambió el debate político en Argentina”. Encuestas citadas en la columna de opinión de Newsweek señalan que “el 42 por ciento considera que el movimiento” que apuesta al libre mercado “es un avance positivo para el país”. Para el analista, “este cambio sin precedentes en el sentimiento público puede indicar que los argentinos de todas las clases sociales ahora están dispuestos a apoyar reformas integrales” liberales. 

Con el cambio de gobierno “a la vuelta de la esquina y la desintegración del peronismo -según el análisis del chileno-, la posibilidad de que los argentinos emulen su éxito futbolístico en el ámbito económico parece más realista que nunca”.

Por su parte, un corresponsal de la agencia francesa AFP en Buenos Aires, Philippe Bernès-Lasserre, escribió pocos días antes del triunfo en el estadio Lusail que la “carrera por la Copa del Mundo” apenas logró “enmascarar temporalmente la miseria inflacionaria de Argentina”. 

“Puede que la economía de Argentina se esté hundiendo, pero todo el país está en alza, disfrutando de la euforia de su equipo de fútbol dirigido por el icónico capitán Lionel Messi”, sentenció el periodista francés en un artículo que se difundió alrededor del mundo en varios idiomas. La mayoría de los fanáticos de la selección nunca pudieron siquiera “soñar con pagar un boleto a Qatar en un país donde el salario promedio es de unos magros 66.500 pesos (390 dólares)” a la cotización oficial, agregó. 

Un ya famoso paper de una universidad británica dice que los países campeones del mundo reciben un impulso extra de alza para su PIB

En la parte de “color” de su reportaje, el periodista de la AFP citó a algunos argentinos “comunes”, quienes le recordaron que “la gente es muy consciente de los problemas”, incluso en medio del Mundial, según describió una enfermera de 38 años. Sin embargo, continuó la declaración, el fútbol y la situación económica “van por caminos paralelos, no se juntan”. Muchas personas en Argentina, siguió la trabajadora de la salud, “realmente necesitan esta alegría y la están aprovechando al máximo. Pero no lo toman al pie de la letra, saben que es solo fútbol, son perfectamente conscientes de los problemas” y demuestran que “no hay que tomarlos por tontos”.

“Argentina, atrapada en la depresión económica, consigue algo para alegrarse al ganar la Copa del Mundo”, dijo por su parte un artículo en la edición europea de la revista estadounidense Politico. Para el autor de la nota, Hans von der Burchard, el triunfo en “el épico partido final del torneo” de Qatar 2022 “le da al país sudamericano, devastado por la crisis, un sentimiento de nueva esperanza”.

“Una vez, hace unos 100 años, uno de los países más ricos del mundo, Argentina ha enfrentado varios colapsos económicos en las últimas décadas, pero los últimos años han sido particularmente amargos”, es la mirada del corresponsal de Politico.eu. La inflación, explicó el reporteros a sus lectores, “alcanzó casi el 100 por ciento este año, eliminando rápidamente los ahorros y muchos sueños, especialmente entre la clase media. Los que pueden, invierten su dinero en euros o dólares, que pueden cambiarse por pesos argentinos en el mercado negro semilegal”.

“Si bien es poco probable que la victoria como tal tenga un impacto tangible en la situación económica del país y su gente, de los cuales casi el 40 por ciento vive por debajo del umbral de la pobreza, la esperanza y el orgullo redescubiertos llegan en un momento en el que una nueva perspectiva política y económica para Argentina podría estar creciendo”, se esperanzó el reportero. 

Los campeones del Mundo rumbo al obelisco
Los campeones del Mundo rumbo al Obelisco. FOTO: NA

Lo que dicen las previsiones, y los académicos

Más allá de los coloridos comentarios de los reporteros, los informes de las organizaciones multilaterales presentan un futuro inmediato complicado para la Argentina, a pesar de la tercera estrella en el escudo de la AFA. En noviembre último, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) modificó sus proyecciones de crecimiento económico para Argentina en 2023, pasando del 1,9% previsto en junio al 0,5%, como resultado del “deterioro” de la actividad experimentado durante la segunda mitad de este año. Tras el 10,4% registrado en 2021, la organización previó un crecimiento del PIB del 4,4% para 2022, lo que representa un alza de 0,8 puntos porcentuales respecto a la proyección anterior.

La OCDE previó además un crecimiento del 1,8% en 2024, mientras que, en octubre de este año, el World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo las proyecciones económicas para la Argentina de un crecimiento del 4% en 2022 y 2% en 2023.

Estos modestos números podrían recibir un (también austero) impulso si se toman en cuenta las conclusiones de un estudio, ya famoso, preparado por Marco Mello, de la Escuela de Economía de la University of Surrey. En su trabajo, Mello analizó los datos disponibles del impacto económico en los países ganadores y anfitriones de los mundiales desde 1961 y concluyó que el país campeón del máximo torneo del fútbol tiende a gozar de un 0,25 de punto porcentual adicional de crecimiento económico en los dos trimestres posteriores al certamen. 

“Periódicamente, cada cuatro años, los medios de comunicación y los analistas afirman que el ganador de la Copa Mundial de la FIFA experimentará un impulso en el PIB como resultado de una ola de orgullo nacional que se traduce en una mayor actividad económica”, escribió Mello. Su análisis, afirmó, “demostró que ganar” el Mundial “conduce a un aumento estadísticamente significativo en el crecimiento del PIB solo en los dos trimestres posteriores a la victoria”. En ese período, escribió, “el crecimiento del PIB trimestral es, según las estimaciones más conservadoras que arroja este estudio, 0,25 puntos porcentuales superior al de una situación contrafactual en la que no se hubiera ganado la Copa del Mundo”.

Los países analizados, en base en estadísticas de la OCDE, son casi todos europeos o desarrollados, comenzando por Inglaterra, Francia, Alemania, Italia, Japón, Corea del Sur, España, Estados Unidos, a quienes se agregan Brasil, México, Sudáfrica y Rusia. Argentina, por su parte, aparece en el grupo de los países de control de los resultados. “Dos países de particular interés” para el estudio, explicó Mello, eran “Argentina y Brasil, que ganaron la Copa Mundial de la FIFA más de una vez”, pero que “presentan una serie trimestral del PIB que comienza solo en 1993 y 1996, respectivamente”. Teniendo en cuenta que la serie del PIB “comienza diez años después de su último éxito en la Copa Mundial de la FIFA (es decir, la Copa Mundial de 1986 celebrada en México), el análisis ubica a Argentina en el conjunto de países de control”, concluyó.

De todas maneras, el autor del estudio arriesgó -en declaraciones citadas por las agencias de noticias económicas pocas horas antes de la final- que, “si alguno de los dos países” que llegaron a la última instancia de Qatar “ha de beneficiarse” por ese impulso al PIB de manera similar a la que ocurrió recientemente con Brasil tras su coronación del 2002, “ese es Argentina y no Francia”.

Aquel triunfo del seleccionado brasileño que contaba con la temible delantera de Ronaldo, Rivaldo y Ronaldinho ayudó a elevar la visibilidad internacional del gigante sudamericano y, consecuentemente, a elevar sus exportaciones, completó el informe divulgado por la universidad de Surrey.

Veinte años después, en estos tiempos nacionales de Messi, Paredes y De Paul y mientras los muchachos de la selección llegaban a Buenos Aires en modo celebración, un difícil de describir buen humor inversor resultó en una fuerte suba de los activos argentinos, incluyendo las acciones que cotizan en Estados Unidos. Los ADR, los papeles de empresas argentinas que se negocian en Wall Street, marcaron fuertes alzas que superaron el 5/6 por ciento en compañías como YPF, Mercado Libre, Grupo Galicia, Vista Energy, Banco Francés y Pampa Energía, mientras que a nivel local el índice S&P Merval de las acciones líderes subió un 2,3 por ciento.

“Pero el punto clave del buen humor de los mercados es que se consolida la suba de los bonos en dólares, que se sumó a la jornada positiva y creció otro 2 por ciento en la mayoría de los títulos. En este caso, el efecto Messi vino a apoyar una tendencia evidente, señalaron los reportes. 

Según se leía en las páginas económicas del portal de PERFIL, “las perspectivas de un cambio político para 2023 y los bajísimos precios de su cotización hicieron que muchos inversores comiencen a inclinarse por los títulos de la deuda argentina”.

En todo caso, más allá de ese volátil buen humor de los inversores, por ahora la única “prueba” concreta de un ingreso para los argentinos gracias al mundial fue el cheque gigante por diez millones de dólares con el que bailó Leo Messi en el vestuario de la selección después de haber derrotado al combinado francés.