El FMI proyectó que el stock de Letras de Liquidez (Leliq) –que emite el Banco Central y toman los bancos con dinero de plazos fijos– casi se duplicará en 2020. En el staff report de la cuarta revisión del acuerdo prevé que a fin de año alcanzará a $ 1,096 billón y al término de 2020 se elevará a 1,987 billón, o sea un crecimiento de 81,29%. En el sendero trazado hasta 2024, el monto asciende, pero a un menor ritmo. Para 2021 calcula un stock de 2,629 billones (+32,31%), en 2022 de 3,081 billones (+17,19%), 2023 de 3,657 billones (+18,69%) y en 2024 de 4,064 billones (+11,1%). Entre fines de 2019 y 2024 el crecimiento llega a 270,8%. El FMI alega que “el stock ha crecido en $ 1 billón de pesos, pero todavía está bien por debajo del pico del 1º trimestre de 2018 como porcentaje del PBI”, y “a mediano plazo esperamos que crezca en líneas generales con el PBI nominal, mientras que las tasas de interés se sostienen en niveles altos por un prolongado período de tiempo”. Hoy las Leliq rondan el 6% del PBI, mientras que sus antecesoras, las Lebac, llegaron al 11%.
Estos títulos a 7 días de plazo que el BCRA adjudica en dos subastas diarias devengan una tasa de interés que el viernes se ubicó en promedio en 61%. Desde el debut del nuevo plan monetario en octubre de 2018, esa tasa registró un récord de 74,069% el 2 de mayo. Según calculó el financista Christian Buteler, desde octubre a fin de julio las Leliq devengaron intereses por $ 439 mil millones. El stock de las Leliq el viernes se ubicaba en $ 1,294 billón acercándose al de la base monetaria que al 31 de julio promedió 1,38 billón.
De cara al manejo financiero del próximo gobierno, será una cuestión que gane quién gane deberá atacar. Las Leliq cobraron protagonismo en la útima semana a raíz de los dichos del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández. Abrió la polémica al proponer que bajaría fuerte los intereses de las Leliq y esa plata la usaría para aumentar 20% las jubilaciones, o a financiar la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología.
Para algunos analistas el monto de Leliq es manejable porque miran el ratio respecto a las reservas del BCRA, y otros advierten que podría convertirse en una bomba cuya salida sea una fuerte devaluación que termine licuando ese pasivo. Otros, como Diego Giacomini, alertaron vía Twitter que podrían derivar en un plan Bonex.
Los economistas consultados por PERFIL coincidieron en que las Leliq son “más controlables” que las Lebac que se diseminaban entre bancos, inversores locales y extranjeros, y ahorristas minoristas, y era más fácil pasarse al dólar. “En cambio, las Leliq la tienen solo los bancos que tienen regulada su tenencia en dólares”, explicó Matías Rajnerman, de Ecolatina.
Los analistas plantearon que el escenario virtuoso para desarmar el stock sería si una vez despejada la incertidumbre electoral, aumenta la demanda de dinero, lo que da margen para bajar gradualmente la tasa sin generar tensión cambiaria.
En contrapartida, serían un problema en el caso de que por desconfianza hubiera un desarme generalizado de los plazos fijos, porque los bancos no podrían renovar todas las Leliq y el BCRA para afrontar la deuda debiera emitir.
Fernando Baer, de Quantum Finanzas, evaluó que “la situación es más controlable, pero la dinámica es relativamente preocupante, todo dependerá de cómo reaccione la demanda de dinero, desactivar esto depende de la confianza que la gente tenga en el peso, pero si no hay credibilidad y la gente retira plazos fijos, eso puede llevar a una espiral en el tipo de cambio e inflación”.
Para Guido Lorenzo, de LCG, “hay más Leliq, pero también más reservas, y eso es lo relevante; el stock podría convertirse en un problema en la medida que las reservas no acompañen, si la gente empezara a comprar dólares y el BCRA tiene que salir a vender”. Martín Vauthier, de Eco Go, planteó: “el escenario positivo sería que baje el riesgo país porque se despeje la incertidumbre electoral, y pueda ir bajando la tasa sin generar un salto del dólar, que los bancos logren desarmar Leliq no por salida de plazos fijos, sino porque el crédito empieza a traccionar. En un escenario negativo donde se desestabiliza la demanda de dinero y se desarman Leliq para devolver los plazos fijos generaría un problema en el sistema financiero, mayor presión cambiaria e inflación”.
Buteler razonó: “es muy difícil desarmar casi una base monetaria, la mejor sería con crecimiento de la economía y de la demanda de dinero, pero para que la misma se duplique se necesitaría un boom espectacular y sostenido en el tiempo, Yo creo que si sigue este gobierno lo que puede pasar es como ocurrió en 2018, licuarlas con una fuerte devaluación, no lo veo aplicando un plan Bonex”.