La Argentina figura entre los cinco países emergentes más sensibles a la caída de precios de las materias primas, según un estudio publicado por el banco francés de negocios Natixis: la soja, principal fuente de divisas del país, perdió 10,9% desde mediados de 2012, cuando se cotizaba al precio récord de US$ 650 por tonelada. Ese movimiento de repliegue persistirá durante los próximos dos años: el precio actual se reducirá progresivamente a US$ 450 en diciembre y puede llegar incluso a US$ 435 por tonelada a fines de 2015, según la tendencia que marcan los contratos a futuro que se negocian en el mercado de Chicago.
Esa tendencia corresponde al repliegue general que acusan la mayoría de las commodities. Los movimientos más sensibles desde principios de año afectaron al cobre (-13,7%), el oro (-12,2%), el trigo (-8,6%) y el petróleo (-6,2% para el Brent del Mar del Norte).
En el caso de Argentina, ese retroceso reviste aspectos inquietantes porque las exportaciones de productos agroalimentarios representan el 52,3% de los ingresos de divisas del país.