ECONOMIA
Minimiz la gran obra de De Vido

Felipe González: "Gasoducto del Sur" es una broma

En un seminario del Club de Madrid sobre nuevas energías, el ex primer mandatario español aseguró que el plan que impulsan la Argentina, Brasil y Venezuela es inviable pero "nadie se atreve a decirlo".

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Gonzalez afirm que la obra que desde la Argentina impulsa De Vido, es una "broma". | AFP
El ex-presidente del gobierno español, Felipe González, calificó al Gasoducto del Sur que proyectan construir en forma conjunta la Argentina, Brasil y Venezuela, como "una broma" y pronosticó que "nunca se va a realizar".

Las palabras de González fueron pronunciadas en el marco de un seminario sobre nuevas energías que se llevó a cabo en el Club de Madrid. Allí, el ex mandatario español fue interrogado sobre la conflictividad internacional por el reparto de energía y las alternativas a este problema.

González remarcó que "el gasoducto del Lago Maracaibo a la Patagonia es un proyecto que no se va a realizar y nadie se atreve a decirlo porque no es racional y no cuenta con Bolivia, que es el eje de articulación de esta broma".

De esta forma, González desacreditó la gran obra anunciada por el presidente Néstor Kirchner y su ministro de Planificación, Julio De Vido,  uno de los principales impulsores del plan dentro del bloque sudamericano. El proyecto fue anunciado en  Brasil a fines del año pasado y el propio ministro De Vido anunció que costará 4.000 millones de dólares.

El gasoducto, de unos 9000 kilómetros entre Puerto Ordaz ,Venezuela y Buenos Aires, según diversas fuentes costará entre 15.000 y 23.000 millones de dólares, cifra ésta que corresponde a los cálculos de la petrolera brasileña Petrobras, la obra tendrá capacidad para transportar 150 millones de metros cúbicos de gas por día, cinco veces más que el gasoducto entre Bolivia y Brasil, hasta ahora el mayor de América del Sur.

El presidente venezolano anunció, a fines del año pasado, la construcción de un gasoducto de 8000 km, el más largo de la Tierra, que uniría Puerto Ordaz, en el país caribeño, con el Río de la Plata, atravesando el Amazonas brasileño. Dentro de ese paradigma debería enclavarse el proyecto chavista, al que rápidamente se sumaron los presidentes Néstor Kirchner y Luiz Inacio Lula da Silva.

" Es inevitable una crisis de oferta energética a corto plazo y la consecuencia es el crecimiento exponencial de la tensión internacional y un peligro para la convivencia internacional por el reparto de las fuentes de energía", afirmó el ex presidente del gobierno español (1982-96) al intervenir en la conferencia anual del Club de Madrid titulada "Energía y liderazgos democráticos: desafíos".

El dirigente socialista lamentó que la ausencia de "una estrategia política de acompañamiento a las estrategias empresariales de inversión" y consideró que "la mayor vinculación es energía y desarrollo y no energía y democracia".

Agregó que es incomprensible que en Europa sea fácil ponerse de acuerdo para hacer una red de autopistas y sea prácticamente imposible, por reflujos nacionalistas que haya una discusión sobre energía.

A continuación se despachó con todo sobre la situación que se vive en América Latina: “Allí hay recursos energéticos de sobra para su desarrollo y para ser relevante internacionalmente", pero el problema es la falta de políticas de integración reales”, dijo González ante más de un centenar de expertos, académicos y ex presidentes, entre éstos el colombiano Andrés Pastrana, el uruguayo Luis Alberto Lacalle y los chilenos Eduardo Frei y Ricardo Lagos, éste último presidente del Club de Madrid.

"El gasoducto que va desde el Lago Maracaibo a la Patagonia es un proyecto que no se va a realizar y nadie se atreve a decirlo (...) porque no es racional y no cuenta con Bolivia, que es el eje de articulación de esta broma", sostuvo González.

Al hablar del Cono Sur, el economista jefe de la primera petrolera española, Repsol-YPF responsabilizó a los "nacionalismos energéticos" de dificultar los procesos de inversión, sin mencionar explícitamente a ningún país.

"El elemento más importante sobre el que hay que reflexionar es la vuelta hacia los nacionalismos de los recursos energéticos y hacia cambios en términos fiscales que dificultan el proceso de inversión", afirmó Merino, para quien "detrás del nacionalismo de los recursos económicos también está el oportunismo económico".