Muy discretamente, los empresarios vienen recuperado su diálogo con el oficialismo. Los emisarios de Néstor Kirchner les aconsejan no apostar al fracaso de este Gobierno y asumir la candidatura del ex presidente para el 2011 como un dato de la realidad. “No se equivoquen”, advierten. Los ejecutivos transmiten, por su lado, una incertidumbre más bien económica: a la larga, alguien tendrá que hacer el “ajuste”, sea Kirchner o un sucesor de la oposición. Le mandan a decir que las buenas condiciones de este año tienden a ensombrecerse en el 2011 si aumentan los actuales desajustes macroeconómicos.
Las perspectivas difieren porque, si bien los socios comerciales de la Argentina –Brasil y China principalmente– traccionan la demanda externa de los productos locales y permiten un fuerte ingreso de divisas, el rebote de la demanda interna –que se traduce hoy en un salto del consumo– responde a las mayores expectativas inflacionarias. Se adelanta consumo porque todos esperan, a corto plazo, una creciente pérdida del poder adquisitivo. El Gobierno así recauda más, pero desalienta, al mismo tiempo, la inversión productiva. El año pasado cayó el 16% y en el primer trimestre del 2010, recuperó sólo un 4%. El horizonte para la reposición del capital no supera los seis meses. Casi nadie apuesta a un horizonte más largo.
Manejo de caja. El propio Kirchner, eufórico, da a entender, en cuanta ocasión se le presenta, que superó el último obstáculo para que la economía le funcione como un viento de cola para su proyecto de continuarse en el poder: “El uso de las reservas se convirtió en una discusión mezquina para la oposición, de coyuntura; para nosotros, en cambio, es estratégico, es la oportunidad de financiar el crecimiento”, confió en el hotel Mayorazgo de Paraná a algunos miembros del Consejo Nacional del PJ. Quiere hacer un acto de lanzamiento el 8 de octubre en River para redefinir, precisamente, un “modelo de desarrollo” para los “próximos 10 ó 15 años”. Es justamente el tipo de definiciones que entusiasman a los propios y generan dudas en el resto.
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