A pesar de los anuncios de crecimiento y una leve mejoría durante los últimos meses, la brecha entre aquellos que perciben mayores ingresos –el 10 por ciento de la población- y quienes son parte de la franja más pobre de la Argentina es más grande que la registrada en la segunda mitad de los años 90, antes de la crisis del 2001.
Así, el sector más rico de la sociedad gana 25,9 veces más de lo que percibe el 10 por ciento más desamparado, dejando a la vista una peor distribución del ingreso.
Según un estudio de la consultora Equis, el coeficiente de Gini, una medida que se utiliza para indicar el grado de desigualdad social, arrojó un valor similar al registrado entre el 94 y el 97. En el inicio de este período, quienes más percibían superaban 19,03 veces lo que cobraban aquellos que se encuentran en la base de la pirámide social.
Datos actualizados del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), según publicó el diario La Nación, revelan que durante el segundo trimestre de este año la brecha aumentó y ahora los más ricos ganan 25,92 veces más, cifra similar a la obtenida en octubre de 2000, antes de la devaluación.
A pesar del crecimiento de la brecha social, el ingreso del 10 por ciento del sector más rico obtiene un porcentaje inferior del ingreso total en comparación a los 90. La diferencia con respecto a la década pasada surge de los siguientes datos: durante la era menemista los sectores más adinerados se quedaban con alrededor del 36 por ciento de la torta, mientras que hoy en día ese valor es del 33,82 por ciento.
Entre los factores que intervinieron en la caída de este valor a mediano plazo se encuentran el incremento del trabajo en negro y la entrega masiva de planes sociales tales como el Jefes y Jefas de Hogar desocupados. Estos programas engrosaron la base de la pirámide social.