Luego del sorprendente resultado de las PASO, la mayoría de los analistas políticos comienzan a ver a Alberto Fernández como el próximo presidente, así como también a imaginarse quienes serían los responsables de las carteras ministeriales. Paralelamente, los analistas económicos se plantean si un eventual gobierno de Frente de Todos será o no amigable con los mercados.
Antes de seguir, creo conveniente aclarar que como dice la antigua frase popular, “no está muerto quien pelea” y ayer lunes 12 de agosto el presidente Mauricio Macri transmitió que pretende llegar a la segunda vuelta. El desafío suena difícil, pero desde las matemáticas posible. Si como en 2015 el nivel de concurrencia aumenta del 75% al 80% y esos 5 puntos porcentuales (p.p.) van a Juntos por el Cambio, como en 2015 a Cambiemos, la diferencia de 15,57 p.p. se reduciría a 10,57 p.p., haciendo al objetivo más creíble. No obstante, el nivel de 47,57% a favor de Frente de Todos debería reducirse al menos a 44,99%.
Para que este objetivo sea más viable el presidente se enfrenta a un gran desafío que es el movimiento del dólar y su impacto sobre la inflación. Tanto ayer como hoy, el BCRA ha intervenido tanto en el mercado mayorista “spot” como en futuros, pero se está convalidando un piso de $/USD 55 (mayorista) que inevitablemente generará más inflación.
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Restan más de 50 días hábiles para la primera vuelta, a un promedio de ventas diarias de USD 127,50MM (promedio de lunes y martes) se proyectan USD 6.375MM, en un contexto donde se tuvo que suspender la licitación de la LETES con vencimiento en 2020. Por lo tanto, hay margen de maniobra, pero según el contexto se acota.
Ante estas circunstancias, aumenta la preocupación de si Alberto será amigable o no con los mercados. En ese sentido, cumpliendo con el famoso teorema de Raúl Baglini, según fuentes periodísticas, Alberto Fernández ha declarado que “no quiere incumplir el pago de la deuda” y Matías Kulfas (uno de sus referentes económicos) reiteró que un posible gobierno del Frente de Todos cumplirá con los compromisos de pago de la deuda externa y descartó que vuelvan a implementarse medidas de control financiero como un "cepo cambiario".
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Entonces el frente opositor está dando claras señales de voluntad de pago, pero como sabemos quienes nos dedicamos a las finanzas, no hay programa financiero viable sin un cierto grado de renovación de vencimientos de capital, lo que en la jerga se llama “rollover” de la deuda. Por lo tanto, da la sensación que en lugar de preguntar al mercado si Alberto será amigable, el mismo mercado debería preguntarse si está dispuesto a renovarle vencimientos de deuda a Alberto.
MC