La derrota del kirchnerismo en las elecciones legislativas s e explica porque cambió la agenda de prioridades de la mayoría de los votantes, en especial en los principales centros urbanos aunque también en la Patagonia y en provincias relativamente menos pobladas como Jujuy y Catamarca.
Los problemas económicos, resumidos en la inflación, ocupan ahora el tope de esa agenda mayoritaria junto a la corrupción y la inseguridad, según indican las encuestas. En este sentido, la incógnita es si el Gobierno cambiará su política económica para enfrentar esa demanda.
En realidad, hay un interrogante previo: cuándo volverá la Presidenta de su licencia médica ya que una decisión como ésa no puede ser tomada por su reemplazante natural, el vicepresidente Amado Boudou ni por ninguno de los colaboradores que integran el círculo de Cristina Kirchner.
A esta altura, la demanda de cambios no es sostenida solo por quienes votaron contra los candidatos oficialistas sino también por algunos encumbrados dirigentes que pertenecen al kirchnerismo, aunque no a su núcleo duro, que incluso han admitido que la inflación no es de un dígito.
Hasta ahora, los intentos del Gobierno por atacar la inflación han fracasado, seguramente porque evitan una de sus causas más relevantes, que es el nivel del gasto público. Antes de los comicios, hubo quienes apostaron a una pronta suba de las tarifas eléctricas y/o quita de subsidios, pero eso no es seguro luego de la euforia que ha ganado al kirchnerismo tras el fallo de la Corte Suprema de Justicia afirmando la constitucionalidad de la polémica Ley de Medios.
Antes de eso, el hecho de que el Gobierno haya impostado un festejo que no sentía por un triunfo que no fue también pareció indicar la falta de voluntad de cambio por parte de Cristina. Sin embargo, con el fallo favorable sobre la Ley de Medios lo máximo a lo que podrá aspirar el Gobierno es a recortar al Grupo Clarín, que ha sido el objetivo de esta norma, como quedó claro con las reacciones de sus principales figuras luego de la decisión de la Corte.
Tendrá, sí, más medios para difundir su visión. Pero, eso no borra su derrota en las elecciones legislativas ni tampoco la demanda de la mayoría de los argentinos por cambios en la economía. En todo caso, agrega un elemento más a la incertidumbre que ya existía.
(*) Editor Ejecutivo de la Revista Fortuna