El día después de las elecciones, la lupa del mercado estará puesta en las señales acerca de si habrá o no un rápido acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En un escenario de escasez de reservas y brecha cambiaria que roza el 100%, los analistas afirman que un programa créible con el FMI es el factor que podría comprimir la brecha, que bajen los dólares paralelos libres, y dar mayor certeza de un rumbo económico.
El mercado da por descontado que pos elecciones habrá una aceleración en el ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial, pero los economistas plantean que es necesario que esa corrección sea implementada como parte de un plan económico integral en el marco de un acuerdo con el FMI.
Sobre el acuerdo con el FMI, en el tramo final de la campaña hubo ciertas contradicciones en el discurso oficial.
Por un lado, el presidente Alberto Fernández le garantizó en una reunión a empresarios que el gobierno iba cerrar un convenio con el organismo internacional, y más tarde en un acto homenaje a 11 años de la muerte de Nèstor Kirchner destacó: Si todavía no cerramos un acuerdo es porque no nos vamos a arrodillar".
Sobre las negociaciones, el ministro de Economía Martín Guzmán aseguró en una entrevista con diario PERFIL publicada el sábado 6 de noviembre que “queremos lograr un acuerdo con el FMI antes de marzo” de 2022.
Martín Guzmán: "Queremos lograr un acuerdo con el FMI antes de marzo"
Un informe de EconViews sostuvo que la actual brecha cambiaria “es el reflejo de los desequilibrios macroeconómicos”
“La brecha fiscal, de reservas y de confianza explican en buena medida la brecha cambiaria, que continuará siendo alta en el corto plazo”, auguró
En ese sentido, la consultora señaló que “luego de los comicios, no hay razones para pensar que ésta empezará a comprimir ya que ninguno de los frentes citados se resolverán en el corto plazo”.
No obstante, destacó que “un programa con el FMI que sea percibido como creíble podría ser la única ancla que permita comprimir la brecha” y “podría cambiar la situación actual”. Eso, explicó, “porque con un programa viene un compromiso explícito de equilibrio fiscal y de recomposición de reservas, como requisito para refinanciar los vencimientos con el Fondo”
“Sin acuerdo, las brechas detrás de la brecha persistirán, impidiendo que esta última comprima. Con ella, las expectativas de devaluación y, por lo tanto, de inflación seguirán en niveles por encima del 50/60%”, vaticinó.
En ese sentido, Andrés Borenstein, economista jefe de EconViews comentó a PERFIL que “si el gobierno unifica un discurso consistente detrás de llegar a un acuerdo rápido con el FMI los dólares alternativos pueden bajar después del 14 de noviembre”.
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En sintonía, Ricardo Delgado, director de Analytica, en un webinar organizado por Cohen Aliados Financieros juzgó que “el acuerdo con el FMI o el no acuerdo forma parte de la primera gran decisión a tomar el 15 de noviembre”
“El mecanismo ordenador de lo que va a pasar a partir del 15 de noviembre va a ser la decisión política que se tome en relación a acordar o no con el FMI”, aseguró Delgado quien cree que se cerrará un nuevo convenio.
En ese marco, el economista alegó “el 35% de las acreencias del FMI son de la Argentina, es el principal deudor, y eso es una suerte de fortaleza para el país en la negociación, no van a dejar caer tan fácilmente a la Argentina porque va en parte la reputación del staff y del propio directorio” del organismo.
A su vez, Delgado dijo que “un acuerdo con el FMI no va a significar la panacea, Argentina va a seguir con los grandes problemas pero al menos va a dar esa hoja de ruta que se necesita para coordinar las expectativas privadas que están muy alteradas”.
Con la misma mirada, Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, comentó que “no veo un escenario donde el gobierno y el FMI no lleguen a un acuerdo”, y justificó que con el organismo internacional “hay que acordar sí o sí” porque durante el 2022 hay vencimientos por US$19.000 milllones y no habrá reservas para afrontarlos.
“Ni al FMI, ni al gobierno, ni a la oposición le conviene (patear el tablero) con lo cual vamos a llegar a un acuerdo. Después habrá que ver a qué tipo de acuerdo llegamos si es uno sustentable en el tiempo y permite que la economía crezca o es un parche esperando llegar a 2023”, especuló.
Menescaldi aseguró que “es muy importante encarar el acuerdo lo antes posible porque en la medida que te acerques a marzo vas a contar cada vez con menos reservas y entonces el mercado te va a tomar el tiempo, se va a incrementar la brecha y la inflación, y se deteriora más la economía”.
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Con el mismo diagnóstico, un análisis de Delphos Investment advirtió que “extender la firma del acuerdo más allá de marzo pondría una presión excesiva sobre las reservas del Banco Central y haría muy difícil administrar el tipo de cambio oficial”
En ese sentido, indicó que el compromiso vigente con el Club de Paris establece que Argentina debe acordar con ese nucleamiento la renegociación de su deuda antes del 31 de marzo de 2022 para no caer en default con el conjunto de países que lo integran.
Pero recordó que se “requeriría previamente un acuerdo firmado con el FMI para poder reestructurar de modo definitivo estos pasivos”
“Por ello nuestro escenario principal apunta al cierre del acuerdo entre enero y febrero de 2022”, fundamentó el informe de Delphos.
Por su parte, Matías Roig, director de PPI, evaluó que “pasados los comicios, el mercado mirará el resultado de las elecciones y los planes del gobierno en torno al acuerdo con el FMI”.
Ante la escalada reciente del riesgo país, el analista sostuvo que “lo que necesitan los inversores es saber si finalmente el gobierno se inclinará hacia un camino más ortodoxo, que brinde cierta estabilidad a la economía, o se mantendrá radicalizado.
“Hay muchos inversores de afuera con bonos argentinos, que observan la falta de claridad y las declaraciones cruzadas -incluso dentro del mismo oficialismo- con relación a las negociaciones con el FMI, y eso sólo suma nerviosismo y dudas”, concluyó.
cp