La eliminación del piso del 60% de la tasa de política monetaria dispuesta el miércoles por el Banco Central (BCRA) requerirá en adelante "sintonía fina" para coordinar un sendero descendente que no desentone con la marcha de las expectativas inflacionarias para “evitar sobresaltos” con el dólar, advirtieron economistas, y en el sistema financiero. Además, estimaron que la tasa de interés real debería estar "10 puntos por arriba de la inflación esperada" para garantizar que sea atractiva para los depósitos de plazos fijos; de lo contrario los ahorros podrían desplazarse al dólar, más en un año electoral donde la incertidumbre política puede meter presión sobre el tipo de cambio.
Fuentes del BCRA evitaron revelar cuál es la tasa deseada versus inflación, y argumentaron: "Siempre que se buscó hacer eso, se falló, por eso para nosotros lo mejor es que esa tasa la decida el sistema y que sea lo que tenga que ser".
Durante el brindis de fin de año con la prensa, el presidente de la Asociación Bancos de la Argentina, Claudio Cesario, planteó que "para que crezcan los depósitos en pesos el interés de los mismos debe ser positivo frente a la inflación". También el presidente del Banco Santander Río, Enrique Cristofani, en un agasajo enfatizó que "es importante tener un nivel de tasas de interés que, de mínima, compense la inflación".
El dilema para el Gobierno es que la actual tasa afecta a la producción y al crédito. Los préstamos en pesos al sector privado, ajustados por estacionalidad, cayeron en noviembre 4,6% frente a octubre, con bajas en todas las líneas de financiamiento, indicó el último Informe Monetario del BCRA.
Problemas internos y externos de las pymes
El ministro de Producción, Dante Sica, admitió días atrás que "las altas tasas de interés no son sostenibles a mediano plazo desde el punto de vista productivo". En el BCRA, replican que comparten "que la recesión es dolorosa, pero la pregunta es qué política monetaria es la correcta dado el desafío de poder avanzar hacia una mayor estabilidad nominal, menor volatilidad, y lograr que baje la inflación".
Los analistas consultados vislumbran que la baja de la tasa será "muy gradual". El viernes la tasa de la Leliq se ubicó en 59,16%. El pico fue 73,52% el 8 de octubre. Sabrina Corujo, de Portfolio Personal Inversiones, y Mariela Díaz Romero, de EconViews, prevén que a fin de año se ubicaría en 58%. Guido Lorenzo, de LCG, calculó que “podría descender hasta 55% si la inflación de diciembre viene bien”. Todos concuerdan con que una reducción más significativa podría evidenciarse a partir del segundo trimestre de 2019.
Martín Saud, de Balanz Capital, prevé que “para mediados de 2019 la tasa podría estar más cerca de 40%”.
Vigilan otra posible bicicleta
De cara al año electoral, más allá de la atención a la baja de la tasa y la inflación, el Banco Central también monitorea de cerca la entrada de fondos especulativos del exterior, que ante una salida rápida podrían provocar un salto del dólar, como ocurrió en los primeros meses del año con los tenedores de afuera de Lebacs, y que fue el puntapié inicial de la corrida cambiaria. “Lo que estamos haciendo es asegurarnos de que no hay un exceso de crecimiento de posiciones que son frágiles y que pueden darse vuelta en un momento de mayor incertidumbre, principalmente de fondos del exterior”, explicaron fuentes de la entidad monetaria. Aseguraron que “estamos controlando día tras día” porque “uno puede identificar las fuentes, conocemos las estrategias de los fondos” y “vamos a ir respondiendo con nuestras herramientas regulatorias”.
No obstante, aclararon que “no va a haber control de capital, lo que va a haber son mayores costos de financiamiento”