EDUCACIóN
Entrevista a Santiago Rodríguez Rey y Camila Perochena

La banda presidencial: el podcast que divulga la historia de las presidencias argentinas

Con más de 200.000 reproducciones, La banda presidencial, el podcast que encabezan Santiago Rodríguez Rey y Camila Perochena sobre las presidencias argentinas, ya se ubica entre los preferidos de esta nueva tendencia en consumos de medios.

Monte Rushmore argentino
Monte Rushmore Argentino votado por la audiencia de La banda presidencial | Andrés Snitcofsky

Cubriendo casi 200 años de presidencias en 22 episodios de 40 minutos en promedio de duración, el politólogo Santiago Rodríguez Rey (@srodriguezrey) y la historiadora Camila Perochena (@camilasarasa) le colgaron a la audiencia la Banda Presidencial. Desde La Nación utilizaron una novedosa plataforma como son los podcasts para llevar, de la mano de reconocidos historiadores, las peripecias de los presidentes argentinos.

¿Cuáles son los desafíos de divulgar la historia argentina? sobre todo pensando que, como características de las audiencias actuales, está su fugacidad y poca atención.

Camila Perochena: En primer lugar, se suele pensar a la historia como si sólo hubieran dos propuestas enfrentadas: la liberal, oficial, mitrista frente a una revisionista. Nuestra idea en la divulgación es mostrar que no existen solo dos tradiciones historiográficas sobre el pasado argentino, sino mostrar lo que los historiadores han escrito en las últimas cuatro décadas sobre historia argentina. Esto va más allá de lo que muestran esas visiones dicotómicas que mencione, complejizándolas, sumándole información y enriquesiendolás.

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El desafío como divulgadores es hacer llegar a un público más amplio lo que se ha producido en los ámbitos académicos como las universidades, el CONICET, etc. Lo que hacemos es agarrar esos aportes que son muy importantes para nuestro podcast y bajarlos al gran público. Por eso mismo entrevistamos a diversos historiadores quienes son los que producen conocimiento.

Santiago Rodríguez Rey: En cuanto al formato, pensamos que, al ser un podcast cada uno puede escucharlo a su ritmo, pararlo, adelantarlo, buscar más información en Wikipedia, etc. Cuando nosotros hicimos las entrevistas hablamos con los especialistas cerca de una hora. Cada capítulo es de 40 minutos en promedio, en los cuales sintetizamos las ideas de esas entrevistas previas. Para nosotros, lo importante es que la persona que está escuchando pueda hacer lo mismo que nosotros hacemos en el episodio: dialogar con la historia de una forma que no sea –necesariamente- solemne.

¿Qué es un podcast? y ¿Cómo surgió la idea de lanzar un podcast sobre presidentes argentinos?

SRR: En el 2016 Lillian Cunningham hizo en el Wahsington Post un podcast que se llama “Presidential” que durante todo el año cubrió un presidente por semana. Al escucharlo me pareció una idea muy atractiva para hacerlo en Argentina en la próxima elección presidencial, que era en 2019.

El año pasado me encontraba viviendo en Brasil y Folha de São Paulo hizo lo mismo con Rodrigo Vizeu dirigiéndolo. Al venirme a la Argentina lo pensé, pero se me ocurrió que necesitaba el aporte de un historiador o historiadora para que no sean solo entrevistas, sino que el que esté entrevistando tenga conocimiento previo. Ahí la conocí –vía twitter- a Camila, que estaba trabajando el mismo tema, pero sobre los usos de la historia en el gobierno de Cristina Kirchner.

Le mandé un mensaje directo por twitter y le conté la idea. Ahí nomás empezamos a armar el primer episodio. Nos pusimos la regla de que incluyamos a historiadores conocidos y consagrados, pero también otros que no. La idea era incluir a historiadores con recorrido académico, aunque quizás no hablaban en formato divulgación.

La ventaja de ser ella una historiadora y yo un politólogo, jóvenes ambos, fue que nos permitió plantearnos armar charlas sobre la presidencia de Sarmiento y no una conferencia como para un congreso.

¿Cómo fue la etapa de producción de los podcasts y las decisiones que tomaron?

CP: Nuestros podcasts son guionados, es decir que hacemos las entrevistas, leemos varios libros y a partir de ello armamos un guión que es un diálogo entre Santiago y yo. En ese guión incluimos fragmentos de un minuto de las entrevistas para que sea dinámico. Producir cada episodio es largo: horas, días.. Implica un proceso de preproducción y postproducción muy amplio.

En mi caso, que soy historiadora, trabajo escribiendo manuales de primaria y secundaria. Algo de experiencia en tratar de bajar conocimientos complejos lo tengo. Santiago, es politólogo y tiene experiencia en comunicación política. Eso hace que también su aporte en los guiones sea en pensar qué efectos vamos a tener en los de oyentes, metiendo audios, cortes, intervenciones.

SRR: Una de las premisas que nosotros nos planteamos es permitirnos jugar con el formato. Escuchamos muchos podcasts y los que tienen más de una voz son charlando de un tema. Pero nosotros necesitábamos un guión –y no hacer una charla “libre”- porque teníamos poco tiempo. Ejemplo de esto es el episodio (16) de la última dictadura militar (1976-1983), en el cual queríamos contar la estructura gubernamental de los gobiernos de factos.

¿Cómo le fue en términos de audiencia?

CP: A seis meses que salió el Podcast tenemos 200.000 reproducciones, es decir no solo contando las plataformas como Spotify, ITunes, etc. sino también las reproducciones de YouTube que es más fácil de encontrar y hay muchas personas más acostumbradas a esa plataforma.

El 70% de las escuchas son en Argentina. Lo llamativo es que el 10% son en Brasil y después otros países de Latinoamérica. AMBA y Rosario son las ciudades que más lo escuchan en Argentina, pero como curiosidad, el podcast es más escuchado en San Pablo (3,5%) que en Córdoba (2,5%).

Cada episodio de La banda presidencial culmina preguntándoles a los entrevistados acerca de qué presidente tallarían en su Monte Rushmore argentino. ¿A quiénes nominarían ustedes y por qué?

SRR: Los presidentes que están en el Monte Rushmore relatan la historia de los Estados Unidos: el primer presidente, quien escribió la declaración de independencia, quien unificó la Nación y quien encarnó la avanzada del capitalismo.

Por nuestra parte, además de preguntarle a cada especialista quienes cuentan en el programa a quienes pondrían, hicimos una encuesta a oyentes del programa en la cual respondieron casi 2.084 personas y quedó Juan Domingo Perón (13%), Julio A. Roca (12,43%), Domingo Faustino Sarmiento (11,97%), Hipólito Irigoyen (11,52%) y Raúl Ricardo Alfonsín (10,88%).

Yo pondría a Rivadavia, para comenzar porque fue el primero y, si bien fue un fracaso, es el que deja una referencia sobre la construcción y la organización del país que presidentes posteriores van a tomar. Luego pondría a Julio A. Roca –con todos su problemas y bemoles- porque es quien arma el “manual de instrucciones” de la Argentina y deja asentadas las bases de cómo tiene que funcionar esto. Luego pondría a Perón por la inclusión de los derechos sociales y lo disruptivo que fue en nuestra historia. Por último a Raúl Alfonsín porque su legado –independientemente del resultado de su gobierno- fue su honestidad, legar cómo debe comportarse y llevarse adelante una presidencia.

CP: Mi Mount Rushmore tendría a Mitre porque es el primer presidente de una República Argentina unificada y por ende tuvo que armar todo de cero. Armar un Estado debe haber sido muy difícil. Él intentó armarlo en medio de conflictos internos y externos –con la guerra del Paraguay- entonces me parece que tenía un desafío muy grande. Además lo pongo por una cuestión de gustos: era historiador, escribía bien, era un personaje interesante. En segundo lugar, lo pondría a Roca, no solo porque es uno de los constructores más importantes del Estado argentino que sienta las bases institucionales y termina de unificar el territorio, comunicarlo, pensar en términos de progreso, sino también porque entre Mitre y Roca hay una especie de diálogo sobre cómo pensar la política. Mitre, un republicano que está pensando que la política se hace en el espacio público con la movilización de diferentes sectores. Roca, está pensando en una división más clara entre el ámbito privado y el ámbito público, pensando este último para los políticos y no tanto para las movilizaciones. Esa combinación me parece interesante para pensar en las tradiciones políticas del siglo XX. Después pondría a Perón porque si bien es un punto de inflexión, no todo es nuevo. Si bien hay cosas que vienen de la década de 1930, es un punto de inflexión en el imaginario político argentino. Por último lo pondría a Alfonsín por una forma plural sota de pensar la democracia y una apuesta por intentar de salir de los faccionalismos y por intentar conciliar cosas que por momento han sido difícilmente conciliables como la libertad y la igualdad. También por tratar de pensar la articulación entre la Justicia y supervivencia de la democracia, tratando de conseguir un equilibrio.

¿Cuál fue tu episodio favorito de preparar, emitir y en cuanto al resultado?

GRR: El episodio favorito de hacer fue el demo. Yo estaba en Brasil y Camila en la Argentina. En ese capítulo –el de Rivadavia (Episodio 1)- estábamos buscando el tono, descubrir cómo iban a ser los episodios, pensando cómo los íbamos a armar.

No sabíamos cómo encarar la presidencia, pero Camila habló una hora y media en una entrevista con la historiadora Marcela Ternavasio (su madre), y ahí encontramos un tono familiar que cuando lo escuché, dije “este es el tono que quiero”: bajar la historia, bajar a los académicos que están acostumbrados a congreso, pero no bajarlos a una charla de café. Buscamos algo intermedio: Rigor histórico y juego, fueron las premisas que marcaron los episodios.

CP: A mí los episodios que más me gustaron hacer fueron de los presidentes que conocía menos porque quizás los había leído menos en la carrera. Uno de los que más me gustó fue el de Carlos Pellegrini (episodio 5), Agustín P. Justo (9), Roberto Ortiz y Ramón Castillo (10). Me sirvió para desmontar algunos lugares comunes, que, si bien ya la tenía desmontados, pero no me había metido tan profundamente. Por ejemplo, en el caso de Justo, que es la década de 1930, preguntarme sobre las etiquetas de la llamada “década infame”. Los episodios que más me gustaron son los que me ayudaron a darle un sentido histórico a momentos del pasado que son más juzgados que explicados.

Podés escuchar La banda presidencial en Spotify https://open.spotify.com/show/2Js8jTzuiQP0FkybFbsjcB, Apple Podcast y YouTube

*Politólogo investigador y docente (UBA) @leandro_bruni