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Cómo gobernar en la era de las redes sociales

América Latina es la región más activa en el uso de los medios digitales. Para los especialistas, a los políticos aún les falta aprender a moverse en esa realidad.

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Atento. El presidente despliega sus mensajes en varias plataformas donde se muestra muy activo. | cedoc
“Vivimos en un mundo en el que la comunicación no se limita a reflejar la realidad: la crea. Y es que la comunicación es la realidad”. La frase del español Javier del Rey Morato, profesor de Ciencia Política y Teoría General de la Información en la Universidad Complutense de Madrid, es tajante. Es que la era actual de la comunicación da para pensar, conceptualizar y repensar y reconceptualizar. Todo cambia muy rápido, todo muta al instante. La tendencia que era moda ayer hoy ya es vieja.
Un grupo de especialistas internacionales en comunicación política, entrevistados por PERFIL, cuentan cómo el rol de las redes sociales vino a poner en jaque el rol de los medios y de la comunicación de gobierno.
Mario Riorda, director de Posgrados en Comunicación Política de la Universidad Austral, define la actualidad como “la era de la Colaboración” porque “compartir crea valor”. Es decir, el éxito depende de cuánto más una información se comparte.
En este contexto, para Omar Rincón, el reconocido ensayista colombiano y profesor de Comunicación y Periodismo, gobernar se transforma en algo secundario ya que lo tapa la vorágine de los incendios que deben apagar día a día. “El trending topic pone en histeria a un gobierno. Les da mucha importancia a los medios y a las redes, o sea se la pasa comunicando y menos gobernando¨.

Los medios. Por otra parte, están los medios que aún dominan gran parte de la opinión pública y ante este nuevo escenario digital también se reacomodan. “Llegaron las redes y tienen todo en mutación: la democracia, la política, los medios y los gobiernos. Las redes son de flujo e inmediatez y bronca emocional pero se vuelven importantes porque los medios las visibilizan y las vuelven agenda. Los medios dejaron el periodismo y se la pasan leyendo tendencias de redes: puro periodismo kardashian llevado a la política. Sin los medios, las redes no producirían miedos”, explica Omar Rincón.
En otras palabras, agrega que “con periodismo bien hecho, las redes y los gobiernos serían menos histéricos.  Y si las redes diluyen el poder de los medios, o mejor, demuestran que los medios mienten, están cerca del negocio y lejos de la ciudadanía. Las redes son las que controlan gobiernos y medios, pero son frágiles y duran poco en el tiempo y todavía no son políticas, sino emoción de segundos”.

El espejo. “Las redes son muy importantes para leer los momentos sentimentales de una sociedad. Y ahí están, eso son. El gobierno debería leerlas como un espejo donde verse, pero generalmente las entiende como si fueran los viejos medios y las ataca cuando no piensan como el gobierno o tratan de capturarlas vía información o ataques cibernéticos. Error, hay que oírlas, comprenderlas, responderles, darles sentido y ofrecerles un mensaje íntimo de conversación”, aconseja Rincón.  
Según el completo e innovador trabajo “El gobernauta latinoamericano: estudio del perfil de los gobernantes latinoamericanos en redes sociales”, América Latina y el Caribe es la región más activa en el uso de los medios digitales. El internauta promedio latinoamericano pasa unas diez horas al mes conectado, más tiempo que en otras regiones del mundo. Son interactivos y rápidos en el uso de las nuevas tecnologías; se actualizan permanentemente. Los números que ellos dan indican que el 97,6% de los gobiernos analizados tiene una cuenta oficial de Facebook, el 90,2% tiene una cuenta en YouTube, y el 85.4% tiene una cuenta en Twitter.  

Los desafíos. Los tres especialistas, que participaron hace diez días del V Congreso Latinoamericano de Comunicación Política, organizado por la Escuela de Posgrados en Comunicación de la Universidad Austral (EPC) y la Asociación Latinoamericana de Investigadores en Campañas Electorales (Alice), coinciden en que aún queda mucho por mejorar en relación con el uso que hacen los gobiernos de las redes sociales.
El informe del gobernauta latinoamericano, financiado por el BID y realizado sobre los 61 distritos de más de un millón de habitantes, plantea que el desafío para los gobernautas es “el poder desarrollar herramientas intuitivas que vinculen el análisis de datos y un mejor diálogo con la ciudadanía, con la acción concreta que se derive de ello”.
“Lo digital permite una mejor comunicación porque permite hacer confluir a la comunicación con el servicio, o mejor dicho, al servicio desde la comunicación, indica Mario Riorda.
Sin embargo, aclara, “todavía la inversión es preferentemente en pauta publicitaria o en tecnologías porque a los gobiernos les cuesta entender las redes como medios de gestión. Les cuesta entender que no sólo al final está la gente, sino que al principio también”.
El especialista subraya que “la premisa de escuchar y ser condicionado por esa escucha no es tan evidente, más bien es escasa. Entre otras cosas, si la necesidad de ser visto u oído que existía antes obsesionaba a los políticos, hoy, todo sigue vigente pero las redes generan mensajes con nombres y apellidos (descontando trolls), por lo que la obsesión mutó a algo peor: el agobio. Si las redes abren una oportunidad, los gobiernos están perdiendo en no concebirlas como estrategia de respuesta frente a la ciudadanía. La idea de nuevos rockstars, estéticamente controlados, publicitados las 24 horas y con casi nula interacción, habla de comunicación desde una visión publicitaria del siglo pasado, pero no habla de gestión y hacer la vida un poco más fácil a los ciudadanos”, remata Riorda.
Javier del Rey Morato puntaliza que “si no se administra bien la parte expresiva de la política (comunicación), y la tarea del gobierno queda confinada a la mera administración de la cosa pública (gestión), el precio que pagará ese gobierno no será menor. Probablemente vea caer su imagen y su prestigio”.
Cerrando la frase del inicio, el profesor español agrega: “Y todo lo que no pasa por la comunicación no existe, o es irrelevante. Comunicar las acciones del gobierno es más importante que hacerlas. Y lo cierto es que la gestión tiene una importancia relativa en el plano electoral, aunque suele pensarse lo contrario”.