ELOBSERVADOR

El día que Perón y Kennedy estuvieron a solas

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Cuando en 1956 Perón llegó a Venezuela, se reencontró con el matrimonio Delú. Marcelo era mayor del Ejército y había trabajado en la Presidencia. Su esposa, Inés Valerga, fue una íntima colaboradora de Evita. De inmediato se transformaron en secretarios personales del ex presidente. Hace diez años, aproximadamente, conocí a Inés con motivo de mis libros de investigación, y nos hicimos amigos. Cierta tarde me hizo una confesión: un día de 1957 se presentó en su departamento del edificio Terepaima una persona que, con un pobre castellano, dijo ser secretario privado del joven senador John Fitzgerald Kennedy, entonces en Caracas. Le transmitió que el demócrata quería conocer a Perón y que le habían comentado que el contacto era a través de ellos. Fue así que el mayor Delú, su esposa y su pequeña hija Laura fueron al Hotel Tamanaco para entrevistarse con Kennedy. Según Inés, era una tarde de mucho calor y humedad, y sólo pudo entrar su marido a la habitación. JFK lo recibió en camiseta y calzoncillos, y le explicó los motivos de su interés por Perón. Tras la consulta del caso, finalmente Delú acompañó a Kennedy hasta el pequeño departamento de Perón en la avenida Urdaneta. Los presentó. Cerró la puerta y quedaron a solas.
Nunca se supo qué dialogaron durante más dos horas.