El informe del Centro para el estudio de la Democracia (CSD) destaca que Moscú pretende influir en las élites políticas y económicas a través de relaciones comerciales, empresas conjuntas y el cultivo de vínculos personales con figuras clave. Estos esfuerzos apuntan a crear una red de aliados que puedan defender intereses rusos dentro de las esferas políticas y económicas, y así impactar en la alineación geopolítica de la región. Por un lado, existe una estrategia comercial que apunta a cooptar los principales sectores vulnerables. Por el otro, se recurre a organizaciones y personalidades políticas para ejercer influencia informal.
Estos son los principales hallazgos.
* Infraestructura
Rusia pretende una mayor participación principalmente en infraestructura ligada a la exploración de hidrocarburos o transporte, así como energía y minería. Si bien muchos de los proyectos propuestos en los últimos años no se materializaron, la perspectiva misma de inversión ha permitido a Moscú acercarse a actores económicos y políticos clave. Este diálogo a menudo se extiende más allá de la mera cooperación económica y toca cuestiones geopolíticas más amplias en las que están en juego los intereses rusos.
* Agricultura y alimentos
La marcada dependencia argentina de las exportaciones agrícolas ha proporcionado a Rusia una nueva herramienta de influencia económica. A modo de ejemplo, tan sólo en 2022, Argentina importó solución urea-nitrato de amonio (comúnmente conocida como UAN), un fertilizante nitrogenado líquido, por un total de más de 76 millones de dólares. Además, en 2019, el entonces Secretario de Agricultura, Luis Miguel Etchevehere, y el Viceministro de Agricultura de Rusia, Sergey Levin, firmaron un acuerdo relativo a biotecnología agrícola y bioseguridad que permitió a 25 empresas pesqueras argentinas ingresar al mercado ruso.
Entre 2014 y 2015, el gobierno argentino buscó promover la importación de productos agrícolas rusos mediante la firma de acuerdos comerciales por un valor de alrededor de 2 mil millones de dólares. Aunque muchos de estos acuerdos quedaron en la nada, durante la última década Rusia se convirtió en el segundo mercado más importante para la carne argentina. Esto se extendió más allá de los comestibles a varios productos elaborados, como maquinaria agrícola, tubos de acero, ropa y calzado.
* Hidrocarburos
En 2008, la rusa Lukoil prometió una inversión de 500 millones de dólares para la construcción de una instalación de almacenamiento de combustible y un oleoducto hacia las principales terminales exportadoras de combustibles de Argentina. A cambio, la estatal Enarsa compraría durante 5 años combustibles líquidos para la nueva planta de energía Manuel Belgrano, en Campana. En 2017, Lukoil intentó facilitar una inversión de capital de 80 millones de dólares como parte de un plan estratégico para inyectar 300 millones de dólares en el Grupo Indalo. Al año siguiente, la firma rusa proveyó a Oil Combustibles, del mismo grupo. Este tipo de acuerdos revela cómo las empresas rusas pueden explotar una red informal de influencia existente, que involucra intereses privados políticamente bien conectados, para eludir los procedimientos competitivos en un sector crucial para la economía argentina.
En el sector del gas, Gazprom y Novatek han presionado para incorporarse al desarrollo de Vaca Muerta. En 2014, la primera buscó adquirir una participación de mil millones de dólares en la exploración del yacimiento, pero recién firmó un acuerdo de confidencialidad con Pampa Energía siete años más tarde. Mientras que, en 2023, Novatek, el mayor productor de GNL de Rusia, ofreció a YPF una nueva solución tecnológica para la licuefacción de gas. Sin embargo, las negociaciones se paralizaron.
A esto se le debe sumar que, tan sólo en 2022, Argentina importó gasoil ruso por casi 43 millones de dólares.
* Energía nuclear
En 2015, durante el gobierno de Cristina Fernández, Nucleoeléctrica Argentina y Rosatom firmaron un acuerdo para la construcción de una cuarta planta nuclear en Argentina, aunque no hubo avances. Aun así, Rosatom mantuvo vivas sus perspectivas al alcanzar un nuevo acuerdo de cooperación con Mauricio Macri en 2018, durante la cumbre del G20 en Buenos Aires. Desde entonces, el gobierno ruso continuó discutiendo la colaboración en proyectos de energía nuclear, pero no recibió respuestas concretas durante la presidencia de Alberto Fernández. Ya con Javier Milei en el poder, es poco probable que Rusia pueda ganar una posición estratégica en el sector nuclear argentino, pero Moscú insiste y ha propuesto otras formas de cooperación nuclear, incluyendo pequeños reactores modulares de última generación y plantas de energía nuclear flotantes.
Entre 2013 y 2020, JSC Isotope, subsidiaria de Rosatom, proveyó a Argentina de radioisótopos molibdeno-99. En un principio, el intercambio a través de Laboratorios Bacon era irregular y se limitaba al suministro para el período de servicio técnico de los reactores argentinos, cuando la producción local se suspende por mantenimiento. En 2018, la cooperación se profundizó cuando la empresa argentina firmó un nuevo contrato por dos años que preveía suministros semanales para el uso en medicina nuclear. Una vez finalizado el contrato, el laboratorio pasó a recibir suministros de la canadiense Huayi Isotopes Co. y de la alemana Eckert & Ziegler. Se espera que la apertura próxima del reactor RA-10 en Ezeiza garantice la autosuficiencia en radioisótopos médicos, limitando la dependencia de Rusia.
* Armamento
Ya en 2010, Rusia manifestó su interés por vender armas a Argentina, pero el gobierno rechazó la mayoría de las propuestas, salvo un acuerdo para comprar dos helicópteros MI-17. Durante el mandato de Alberto Fernández, Moscú ofreció 12 aviones de combate MiG-35, así como la construcción de una instalación para el mantenimiento de aeronaves y la formación de pilotos. Sin embargo, en marzo de 2024, la gestión de Milei optó por firmar un acuerdo con Dinamarca para la compra de 24 aviones de combate F-16 de fabricación estadounidense.
En 2021, los Ministerios de Defensa de ambos países acordaron admitir a militares argentinos en instituciones de formación rusas. Una vez que Milei llegó al poder, anunció que este acuerdo no se implementaría, aunque tampoco se revocaría, manteniéndose legalmente vigente para evitar un conflicto por incumplimiento. La presencia de cuatro Agregados Militares en la Embajada de Rusia en Buenos Aires, como representantes oficiales del Ministerio de Defensa de la Federación Rusa, marca la relevancia geográfica de Argentina como puerta de entrada a la Antártida.
* Transporte
Putin anunció en 2018 que Ferrocarriles Rusos apuntaba a la construcción de un ferrocarril de 700 kilómetros para conectar Vaca Muerta con el puerto de Bahía Blanca. Pero, para 2021, Argentina ya había avanzado en un proyecto similar con una firma china. Por otro lado, la rusa TMH International obtuvo la concesión de los talleres ferroviarios en Mechita mediante un plan de inversión de 170 millones de euros y con la promesa de crear 1.200 puestos de trabajo. Sin embargo, la inversión real fue de sólo 3 millones de dólares y, en 2023, TMH vendió su concesión a la argentina CaleGroup.
Por otro lado, el Ministerio de Transporte argentino puso en pausa un contrato adjudicado a TMH para el suministro de 70 coches eléctricos tras la invasión a Ucrania.
* Medios
El canal ruso RT forma parte de la grilla de la Televisión Digital Abierta (TDA) desde la firma de un acuerdo en 2014 entre la entonces presidenta Fernández de Kirchner y Putin. Rusia no paga ninguna compensación al gobierno por esto. En 2016, la administración de Macri intentó suspender la transmisión de RT, pero las amenazas rusas de retirar fondos para el proyecto de una represa en Neuquén obligaron a revertir esta decisión. Ya como presidente, Milei ordenó la suspensión de Telesur, pero no hubo anuncios respecto a RT.
Por otro lado, desde septiembre de 2022 se emite en Radio Rebelde, propiedad de Luis DElía, el programa Pax Russika, que difunde una visión particularmente cercana a Moscú y en el que suelen participar diplomáticos, periodistas y analistas rusos.
* Vínculos
La derrota electoral del peronismo en 2023 llevó a que muchos funcionarios que habían mantenido fuertes vínculos con Rusia fueran reemplazados. Pese a que las relaciones diplomáticas han mermado notablemente, Moscú mantiene vías para influir en la política y la opinión pública argentinas y la mayoría de las conexiones prorrusas siguen vivas, especialmente entre políticos peronistas. Tanto ex funcionarios como actuales han participado en diversas conferencias en Rusia recientemente. En 2024 se conformó nuevamente el Grupo Parlamentario de Amistad con Rusia, que tiene como objetivo promover los intercambios culturales y parlamentarios.
El Club de Discusión Valdai, fundado en Moscú en 2004, es un elemento clave en lo que respecta a los vínculos académicos. Numerosos miembros del Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (CARI) han colaborado con esta organización, aunque las conexiones se han debilitado.
* Narcotráfico
Los acuerdos de inversión a gran escala pueden socavar el entorno empresarial local cuando el gobierno o las empresas argentinas establecen asociaciones poco transparentes con intermediarios políticamente expuestos de Rusia. Moscú logra así una influencia relevante a nivel local y regional. Pero también los lazos formales e informales permiten enmascarar la transferencia de fondos provenientes de corrupción o narcotráfico.
Argentina es un gran productor de precursores químicos y, por lo tanto, vulnerable a la producción de narcóticos ilegales y, especialmente, como punto de transbordo de droga a Europa. El caso más notorio fue en 2016, cuando la Embajada rusa en Buenos Aires sirvió como base para el envío de 389 kg de cocaína.
10. Apoyo
Si bien Moscú ha logrado una importante influencia formal e informal en Argentina, el país ha experimentado una de las mayores caídas a nivel regional en cuanto a percepción positiva de Rusia: 22,7% entre 2020 y 2023. Hoy el apoyo entre la población argentina no alcanza el 30%.
Periodista, master en Relaciones Internacionales y consejero consultivo de CADAL asignado a la investigación local del informe El Alcance Global de Rusia: Manual del Kremlin en América Latina y el Caribe.