La próxima gran apuesta de Pol-ka en este 2019 escaso de ficciones es Argentina, tierra de amor y venganza, programada para el 11 de marzo (en principio). La productora del Grupo Clarín y Adrián Suar hace meses que está filmando esta telenovela, en la que se atreve a varios desafíos, como el del costo que implica una minuciosa reconstrucción histórica de nuestro país en la década del '30, y sostener, por un largo período de filmación, un elenco con actores extranjeros.
Los protagonistas son Benjamín Vicuña, Gonzalo Heredia, Eugenia “China” Suárez, Albert Baró y Delfina Chaves. Vicuña es chileno; Baró, español; al igual que otros dos intérpretes: Diego Domínguez y Laura Mingell; y Ruggero Pasquarelli, radicado en la Argentina, es italiano. Los locales Fernán Mirás, Virginia Innocenti, Andrea Frigerio, Mercedes Funes y Julia Calvo son algunos de los que se destacan en esta tira que será diaria y cuenta con libros de Leandro Calderone y Carolina Aguirre y dirección de Sebastián Pivotto y Martín Sabán.
La reconstrucción de época se reconoce en el vestuario y en los escenarios. Para los espacios, en los Estudios Baires, que Pol-ka tiene en Don Torcuato, se crearon ambientes de la época en una superficie de 1.200 m² y se crearon cien metros lineales de calle, con fachadas y vidrieras, que reconstruyen los años 30. Además, se utilizaron locaciones en algunas calles de Recoleta, en La Boca, en casonas antiguas de Martínez; en un predio boscoso en Pilar; en el Colegio Militar de la Nación, sito en Palomar, y en el Centro Loyola, de la Compañía de Jesús, ubicado en San Miguel, donde PERFIL estuvo, en exclusiva, viendo el complejo y laborioso trabajo de filmación.
Delfina Chaves posiciona muy en alto la propuesta: “Tira diaria, no sé si alguna vez se vio con esta calidad de imágenes, de vestuario, de guiones, de elenco”. Diego Carabelli, productor ejecutivo de Argentina, tierra de amor y venganza, apuesta a llegar a los espectadores: “Tenemos constantemente que entender y acompañar la evolución del público. Esta es una historia interesante con respecto a lo que está pasando: estamos, desde la ficción, acompañando los tiempos de cambio y la igualdad de género”.
Lo que aparece anticipado en el párrafo anterior es uno de los ejes de la propuesta, que repiensa el lugar de la mujer en la sociedad y denuncia los abusos que sufre. Así lo adelanta Chaves: “Mi personaje se llama Lucía. Es una chica de 21 años, hija de una familia de la aristocracia, venida a menos. Su papá está enfermo de tuberculosis; la familia ya no tiene dinero para costear los gastos médicos ni la educación de los hermanos. Lucía es presionada para casarse con Torcuato (Vicuña), en un contexto cultural y social en el que los matrimonios arreglados por dinero eran moneda corriente. Ella descubre que no quiere repetir los patrones de esa sociedad ni lo que se espera de la mujer, pero no sabe qué hacer con lo que siente y le pasa: en ese momento ser feminista y romper con lo establecido era casi una carga”. ¿Se trata de aprovechar un tema instalado en la coyuntura 2018-2019? Chaves niega y ajusta el análisis: “No me gusta la palabra ‘aprovechar’ porque es oportunista. Me parece que es el momento para mostrar de dónde venimos, entender la cotidianeidad de nuestras abuelas y bisabuelas. No sólo se muestra lo obvio, sino de dónde venimos, con todas las actitudes que cada uno puede reconocer que no están tan lejos de sí. La tira viene a poner el tema, para que en la familia se debata”. En este punto, la historia de Raquel (China Suárez) será particularmente cruenta: se trata de una muchacha que llega engañada desde Polonia y es apresada por una red de trata de mujeres, forzada a ejercer la prostitución.
El otro tema preponderante en Argentina, tierra de amor y venganza es la inmigración. Vicuña y Baró son Torcuato y Bruno, dos catalanes escapados de la Guerra Civil Española. Compartieron el bando republicano, pero Torcuato traicionó a Bruno, lo estafó y se trajo a su hermana a Buenos Aires. Bruno llega aquí a rescatar a su hermana y cobrarse venganza. En su derrotero de amores y odios, convivirán con otros españoles, como Córdoba, el jocoso ladronzuelo andaluz que encarna Domínguez; judíos de distintos países europeos, e italianos, como Calvo.
Albert Baró, el actor que fuera Joan Capdevila en la serie catalana Merlí, festeja estar en la Argentina y reflexiona sobre los puntos de contacto entre la ficción y la realidad: “Hace tiempo quería conocer el país y qué mejor que con trabajo. Cuando empecé a leer los guiones y vi el elenco y el equipo, acepté. Soy de un pueblecito de provincia de Barcelona (San Esteban de Palautordera) muy pequeño, de 2 mil habitantes. Mi abuelo vivió la Guerra Civil, tuvo que dejar su casa porque bombardearon su pueblo y se salvó de milagro; tuvo que mudarse a mi pueblo que es donde conoció a mi abuela. En el exilio, había mucha gente (española) en Francia y en la Argentina. Es un orgullo y placer ponerle vida a este personaje, porque mucha gente ha pasado por eso. [Mi personaje] podría haber sido perfectamente mi abuelo. Estoy ilusionado con que cada vez hay más conciencia de querer recibir a la gente. En Cataluña, hay una fundación que está luchando para atender a la migración: Casa nostra Casa vostra (Nuestra casa, vuestra casa)”.
Por su parte, Domínguez, que ya había trabajado con Pol-ka cuando fue parte de Violetta, regresa a la Argentina, país del que dice estar enamorado. Sobre la cuestión de la inmigración, reconoce: “Es algo que sigue pasando de igual manera en el mundo. Es súper importante que se explique. Me dedico a este oficio para hacer críticas sociales o denuncias sociales de manera que sea constructiva... En 1936 las cosas no eran tan diferentes a como son ahora, pero vamos por mal camino si somos tan intolerantes con todo lo que pasa”.
Chaves concluye de modo más terminante: “Empatía y solidaridad: todos vinimos a la Argentina a encontrar refugio porque nuestros antepasados tuvieron que escapar de la guerra, dejar su tierra, emigrar y llegar a un lugar que los reciba. Todos tuvimos que acomodarnos y ayudarnos. Ninguno está por encima del otro. Todos fuimos recién llegados. Me parece totalmente hipócrita que una familia diga: “¡Ay, pero nosotros estamos acá hace más tiempo…!”. “Si la Argentina te recibió, ¿cómo no vas a recibir a los venezolanos que vienen a la Argentina para escapar del desastre de su país?”.
“Un proyecto no habitual en el contexto actual”. Diego Carabelli, productor ejecutivo de Argentina, tierra de amor y venganza, brinda precisiones sobre el proyecto:
Elenco: “Tener a Benjamín Vicuña haciendo de muy villano es algo para destacar. Sobre la pareja de la China [Eugenia Suárez] y Gonzalo Heredia tenemos muchas expectativas. La China, para hacer de polaca, se está preparando mucho con una profesora de polaco, idioma que no es fácil. Albert Baró es un gran actor y hace una gran pareja con Delfina Chaves. Hay villanos de lujo: Virginia Innocenti, haciendo de mamá de Delfina Chaves; Andrea Frigerio, madama que hace pasar penurias a la China Suárez. Y Fernán Mirás es un villano que está imperdible. Además, hay muchos talentos jóvenes: Diego Domínguez, otro español; Malena Sánchez; un grupo que formará una banda de ladrones estilo Robin Hood (Gastón Cocchiarale, Matías Mayer); en el mundo del conventillo: Cande Vetrano, Julia Calvo”.
Presupuesto: “Lo que puedo decir es que es un proyecto que no es habitual y menos en este contexto [de la Argentina actual]. Acondicionamos una cuadra entera adentro del predio de Pol-ka, para poder grabar la movida de época, que es muy costosa. Tenemos que contar con autos antiguos, grabar en locaciones exteriores, ambientar; ver qué llevamos para el estilo de época. Apostamos al éxito, tanto en el gusto del público como en el rendimiento económico”.
Tiempos: “La preproducción requirió mucho más tiempo que lo que pasa con las novelas de prime time que solemos llevar a cabo. Fueron cuatro, cinco meses de preproducción intensos. Empezamos a grabar el primer día hábil de 2019. La salida será alrededor de marzo. Sobre la cantidad de capítulos, como es una historia muy coral, con muchos personajes y muchas facetas, la idea es que vayamos grabando y que salgamos al aire durante gran parte del año”.
Público: “Estuve en la productora casi toda mi vida profesional, los últimos 20 años. En este tiempo, el público fue evolucionando mucho; hay muchos jugadores y el público busca la calidad; no está casado con nadie, así que desde Pol-ka tenemos que seguir siendo pioneros, nunca sentirnos en la zona de confort y tratar de hacer apuestas difíciles como esta”.