ESPECTACULOS
TAIKA WAITITI

“Creo en honrar a los artistas originales”

El actor, director y guionista vuelve con Thor: Amor y trueno, el film con el que Marvel espera volver a generar éxito en las salas de cine. Nombre crucial de la comedia y el Hollywood actual, el neozelandés habla de su vínculo con los superhéroes y su amor por el cine de los años ochenta. Defiende la diversidad.

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Regreso. El neozelandés vuelve a reunirse con Chris Hemsworth y Natalie Portman para un nuevo episodio de la saga del dios nórdico devenido franquicia. | gza. disney/shutterstock

Taika Waititi ha logrado convertirse en parte del panteón pop de Hollywood: su mirada, alterativa, ha logrado mostrar un lado feliz de géneros que se consideraban fosilizados. Uno de los ejemplos más claros de su talento como director (o guionista, o productor, o actor) fue su reconfiguración de Thor, el personaje de Marvel interpretado por Chris Hemsworth que vuelve ahora con Thor: Amor y Trueno. ¿Dónde nace el amor de Waititi por los superhéroes? Waititi: “Bueno, los cómics han sido siempre un gran escape en mi vida. Todos los elementos que hacían a los cómics me fascinaban. Sus juegos con el color, el talento del dibujante, los giros del guión. Y si hablamos puntualmente de los superhéroes, bueno, claro, sí que ha sido importante a la hora de pensar en la grandilocuencia, en el impacto que puede tener una gran página usada para mostrar una sola cosa (lo que en el medio se llama “splash page”). Eso no es menor en mi manera de construir la épica, cuando me toca generar imágenes de ese calibre o generar una puesta en escena pop. Pero sí, era de esos que toman un ejemplar, lo cuidan, lo ponen en plástico y lo catalogan. Así que hay mucho del cariño y la obsesión por esas páginas en mi paseo por el género. Han sido una parte de mi vida”.

—En la anterior entrega de Thor, y en la actual, se nota mucho de tu estilo, que cruza comedia con aventura, pero hay, como decías, un tratamiento gráfico por fuera de la norma: aquí hay mundos que son blanco y negro solamente, allá, en Thor: Ragnarok había muchas escenas que parecían heredadas del cómic ¿cómo ves ese vínculo con las páginas puntuales del personaje?

—Bueno, Jason Aaron, creador del villano, es aquí un nombre importante. Ha sido parte de todo el camino, y nos ha ayudado cuando tuvimos dudas sobre qué dirección tomar. También fue él quien tuvo la idea de este Thor femenino y su particular cruzada personal. Es importante respetar a los creadores originales. Estos personajes tienen décadas de autores trabajando en ellos, cincelando en su mito, intentando renovarlos, hacerlos gigantes, ver su recovecos más potables para nuevas historias, alterarlos, equivocándose y volviendo a comenzar. Los superhéroes son un experimento como pocos en nuestro universo lúdico. Muchas veces recreó planos inspirados directamente en los dibujos de los cómics, como la criatura gigante muerta en la nieve. Realmente creo en honrar a quienes contaron las historias primeras de estos personajes. Todas las películas de Marvel vienen de cómics, de la imaginación de decenas de personas que dibujaron y escribieron esas historias. En esta Thor hay de todo, hay hasta contrastes entre tonos que siento que vienen más del Frank Miller de los años 80, del Miller de El regreso del caballero de la noche que de cualquier otra fuente. Hay tanto, pero tanto, arte en miles y miles de cómics hechos en todos estos años que es ridículo que recién empecemos a verlos de esa forma desde el cine. 

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—A lo largo de tu carrera, tu especialidad ha sido encontrar la comedia en géneros que ya fueron recorridos muchas veces: los vampiros de “What We Do in The Shadows”, en los superhéroes con Thor, y así la lista que suma hasta piratas. ¿Qué crees es importante de la comedia para mantener vivos a esos géneros y limpiarles el polvo que a veces los recubre?  

—Mucho de eso, y esto es más fácil de entender desde la periferia de esos relatos de Hollywood que nos gustaban de chicos, tiene que ver con simplemente jugar mucho de niño. Con tener mucho tiempo en tus manos, algo hoy más imposible, y pensar y pensar y jugar, y generar variantes, versiones alteradas de aquello que amas. Y no hablo de contar, eh, hablo de seis niños inventando un escenario en un campo o en el patio de una casa. Esa inventiva casera, al menos en Nueva Zelanda, se parecía mucho a jugar en un suburbio: muchas casas, una al lado de la otra, y mucho tiempo para matar. Amigos que aman lo mismo que vos, y no querer soltar las películas, o los cómics, vivirlos en el juego cotidiano: por ejemplo, E.T. El extraterrestre seguramente es la primera película que me enamoró, pero no podía volver a verla, no podía verla seguido, entonces jugábamos con ella, con su recuerdo y la alteramos, a veces sin querer. Me acuerdo de reírme con E.T., de llorar con ella; y eso sí me lo llevé a mis películas. Siempre quiero que mi público pase por todas esas sensaciones. Y siento también que pasar por todas esas emociones tiene más que ver con la experiencia de un ser humano, ya que la vida es para mí esa mezcla permanente de risa y lágrimas.  

—Está película particularmente se siente más apoyada en la comedia que la anterior, ¿fue eso algo que buscaron intencionalmente con Chris Hemsworth? 

—Si bien tiene sus emociones, y son muchas, la verdad que algo que queríamos con Chris era que se sintiera más humana, menos grandilocuente, y más humana en sus emociones. Eso incluye la idea de que la película sea más luminosa a la hora de la comedia, ya que sentimos que el mundo necesitaba eso. Queríamos que fuera entretenida, queríamos que tuviera peso. Han sido años muy difíciles para todos, no sabíamos si íbamos a poder hacer algo así nuevamente, y queremos que la gente que vuelva al cine vea algo que haya justificado su urgencia, su sacrificio. Filmar durante la pandemia es difícil, desde el mero intentar comunicarte a partir de un rostro que está cubierto por la mitad hasta no saber si al otro día podrías filmar. Fue duro, y al mismo tiempo muy feliz estar en ese set. Ahora las películas han vuelto, y eso es algo que me pone muy feliz. Es lo que necesitamos: estar en una sala con otros y ver un espectáculo gigante, diseñado para interpelarnos. Extrañaba mucho eso. 

—Tenes un trabajo enorme que va desde series a películas, pasado por roles que van desde escribir, protagonizar, dirigir, producir, o simplemente ayudar a que existan, y trabajas con franquicias gigantes como Star Wars o Marvel o algunas creaciones originales como “Reservation Dogs”…dicho todo esto ¿qué es lo que amas de contar estas historias?  

—Todas mis historias son sobre la familia, sin dudas. Siempre la idea de la familia y de gente que vive en los márgenes y que no encaja en el momento que viven o la responsabilidad que le asignan. Incluso aunque no encajes en el sistema, en la sociedad, en una industria, en el colegio, generalmente comienzas a juntarte con gente que siente lo mismo que vos. Con gente que se siente fuera. Y ahí es donde empiezas a encontrar a tu familia. Así se dio en mi vida, claro. Muchos de mis amigos cercanos son más que muchos integrantes de mi familia. Creo que la familia no es necesariamente algo sanguíneo, me gusta mucho generar la sensación de pertenencia con mis películas, que al verlas eres parte de algo, de un universo de personas que se sienten, o que disfrutan, igual que vos. Por eso me gusta generar coordenadas claras. Por eso quiero también que mis historias sean inclusivas, de forma natural, que permitan que sexos o razas puedan ser vistas, simplemente porque el mundo, y el cine, es un rincón donde todos merecemos ser felices.

 

La pasión por la pantalla gigante

“Me gusta ver y contar cualquier cosa que me genere algo” dice Taika Waititi, y lo cierto es que su haber hay mucho de eso: series como What We Do In The Shadows o Our Flag Means Death, o la brillante Reservation Dogs, o películas como la saga de Thor, cuando se volvió graciosa y épica, o falsos documentales de comedia como, claro, What We Do In The Shadows, Eagle vs. Shark, Boy y la ganadora del Oscar Jojo Rabbit (donde interpreta nada menos que una cruza entre Hitler y Bug Bunny). Agrega Waititi dando cuenta d su sentida visión del cine como un arte popular: “Creo que la gente actualmente está tan desconectada de sus emociones, y que las películas hoy, la gran mayoría de ellas, ignoran eso, ese factor tan importante y que define tanto nuestro día a día. Esa falta de una emoción era lo que tenía en mente cuando hacía Love & Thunder: quería jugar con grandes cosas, como superhéroes, dioses, batallas galácticas y un posible fin de todo pero también quería generar cierta empatía por lo emocional, por la idea de conectar. Eso es lo que busco cuando cuento cosas”. ¿Series o películas: dónde está el futuro para este director que pronto volverá al universo de Star Wars? Waititi: “Las series me generan un mundo distinto, una posibilidad de contar en el largo plazo. Realmente las amo. Pero pocas cosas me hacen tan feliz como el cine. Si me dieran la oportunidad, haría películas constantemente. Y es lo que estoy haciendo en estos días. Encuentro en el cine algo que no suelo encontrar en ninguna otra parte”.