Descubrió tarde su vocación. Recién después de pasar por la rutina oscura de un trabajo en el Correo y de probar estudiar Sociología primero y Comunicación después, encontró en la actuación su oficio en este mundo. Y cuando le llegó el turno de ejercer lo que le gusta, se lo ve firme, sólido, respaldado por un gran entrenamiento. Ese trabajo que se tomó para poder actuar, le permite hoy a Diego Cremonesi ser una suerte de actor fetiche de las series de la televisión y del streaming, del cine, y sumar premios y reconocimientos.
“Soy futbolero y me gusta la estrategia, me gusta la táctica. Soy bilardista en ese sentido, veo videos, estudio, ando con papelitos”, explica el actor con una sonrisa y la mejor predisposición para charlar de su vida y de su trabajo. Y apela a una metáfora futbolera para darse a entender mejor. “Me siento identificado con esa búsqueda, del esfuerzo, del trabajo, ser de un club chico (soy de Estudiantes) y no tenerla servida… En alguna época me identificaba mucho con Rodrigo Braña, un petiso un poco limitado que a base de mucho esfuerzo se convirtió en un grosso. Esos son los tipos que te demuestran que uno puede aprender, mejorar. Que nada de lo que sos, significa que vas a ser siempre eso. En la vida hay mucha gente que se encarga de decirte que no vas a poder y son esas excusas que necesitamos para poder superarnos. Es un camino sacrificado, pero cuando empezás a tener resultados, a sentir que algo que hiciste durante tantos años empieza a revelarse en propuestas, en confianza… en premios… es muy satisfactorio”, se enorgullece.
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Cremonesi viajó como invitado a Paraná para el Festival Internacional de Cine de Entre Ríos y charló con PERFIL en el lobby del Hotel Howard Johnson. A la hora de hablar de su trabajo, el actor reconoce que no se encontró con la actuación sino después de probar otras cosas en la ciudad de La Plata, donde nació, se crió y donde sigue viviendo. “A los 24 o 25 años hice mi primer curso. Me había ido muy chico de mi casa, a los 18 años trabajaba en el correo, era un trabajo estable, que me permitía vivir solo, sostenerme la búsqueda de una educación universitaria”, relata. “Durante esos años de juventud, buscando qué hacer, estaba asentado en un trabajo que me daba una seguridad fuerte. Me permití ir y volver en distintas carreras universitarias, hice un año de sociología pero me di cuenta de que no me gustó, me agarró lo que fueron las grandes movilizaciones del 95 por el intento de aplicación de lo que se llamó la ley de educación superior. Fue una época muy convulsionada, participé mucho de esas situaciones, pero no me convencía lo que estaba haciendo, veía que el tiempo se sucedía y no quería terminar trabajando ahí, sentía que tenía que buscar otra cosa”, explica.
Pero esa otra cosa era el periodismo, que tampoco lo convenció. Pero ya era tiempo de darse permiso para probar lo que sería su vocación. “Me puse a estudiar periodismo durante cuatro años de la carrera, era bastante… podría decir, contemplativa con los trabajadores, porque era de las pocas carreras universitarias que tenía varias franjas horarias, entonces yo cursaba hasta las once de la noche, trabajaba durante el día. Avancé mucho hasta que un día me di la posibilidad de sacarme las ganas con un curso de teatro que siempre me había dado vueltas en la cabeza: Nunca tuve esa cosa que otros actores tienen, que de chiquitos ya sabían lo que querían ser. Yo no tenía en claro eso, sí puedo decir que tengo una personalidad bastante acorde, tengo bastante energía, soy extrovertido y bastante jocoso. Eso siempre estuvo dando vueltas en mí pero no lo tenía tan claro de poder canalizarlo pero sí fue muy claro cuando empecé a hacerlo, cuando empecé a tomar cursos, me dije, ‘che, me parece que es esto’”, reconoce.
Ese amor a primera vista ya lleva unos 17 años y una serie de trabajos importantes. Participó en la película “Kryptonita” y en su spin off “Nafta Super”, en “Un gallo para Esculapio”, en “El Marginal 2”, en “Monzón”, en “El Tigre Verón”, entre otros trabajos. En el cine hizo “Rojo”, “Pistolero”, “La afinadora de árboles”, entre otros trabajos. Pero para llegar a eso, pasó por el café concert y hasta fue parte del elenco estable de la República de los niños. Aún hoy, sigue haciendo un show con su personaje Paco Rimenver, que le ayudó a pagar las cuentas durante muchos años.
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El quiebre emocional con su trabajo en el Correo le sirvió para definir que se dedicaría sólo a la actuación. “En ese momento, quemé naves… Me dije “Quiero ser esto”. Renuncié a un trabajo que no se podía renunciar. Porque en ese momento, como ahora, son momentos muy delicados, donde renunciar a un trabajo que tenés estabilidad, antigüedad, que tenés obra social, es muy complejo. Pero yo sentí que me traicionaba si no lo hacía. No tenía hijos, no tenía pareja, y a partir de ahí, decidí no hacer otra cosa que lo que tenga que ver con la actuación. He hecho cualquier cosa, pero dentro del universo de la actuación”, y desde entonces, su carrera no paró de crecer. Los premios Martín Fierro 2018 como Actor revelación por “Un gallo para Esculapio” y el Cóndor de Plata por su trabajo en la película Rojo lo enorgullecen y le permiten un reconocimiento para el afuera que le abre otras puertas. “El Martín Fierro fue muy importante, siento que me ayudó mucho a que se me visibilice a nivel nacional y que se empiecen a identificar pequeñas cositas que yo venía haciendo. Pero que gente no las unía… Además de que es una satisfacción y que al ser de una ciudad chica o de un pueblo muy grande, donde nos conocemos tanto, como actor de teatro y cómico, generó una ola de cariño y de reconocimiento que fue muy grosso para mí. Y el cóndor de plata también, porque es un premio que respeto mucho, que valoro porque es el premio de los cronistas cinematográficos, y con una película que amé hacer. Ojalá me sigan premiando, porque es lindo recibir premios”, sonríe.
“No me considero de moda, porque la moda pasa, la palabra “moda” no me copa mucho. Espero que no… sí lo que entiendo es que aparecí en varios lugares casi al mismo tiempo, porque se estrenaron cosas que filmaste hace dos años con cosas que filmaste hace tres meses. Pero bueno, también soy agradecido. Si soy alguien que los directores y las productoras desean tener en sus proyectos porque le confían lo que puede llegar a resultar, estoy contentísimo con esa definición”, completa.