Prejuicios, códigos y una dosis de calle de una modelo y periodista en ciernes. Desmitificando a
la
"rubia tarada".
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Cedoc
El primer día de clases en la Escuela de Periodismo nos dijeron que pronto iba a venir Walsh. Yo pregunté si era Roberto. Un compañero me miró y me dijo: “Te aviso que se llama Rodolfo y que lo mataron durante la dictadura hace 25 años”. Yo le respondí: “Ah, bueno. Vos andás muy bien para necrológicas, me parece”.
Jazmín De Grazia tiene varias anécdotas de su vida como estudiante de periodismo. Desde que surgió del reality “Súper M 20-02”, su estilo fue el de la modelo frontal que “se la banca”. Le gusta ir a la cancha a ver a Los Andes y se jacta de la dosis innata de “calle” que le dio haber nacido en Temperley. Pero el salto entre la pasarela y el aula la obliga a hacer algunos ajustes. “Mis compañeros eran respetuosos, pero cuando salió la “Playboy” me empezaron a mirar de vuelta”, dice, y ríe con complicidad.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Noticias: ¿Por qué la mayoría de las modelos les escapan a esos desnudos?
Jazmín De Grazia: ‘Playboy’ tiene un target definido y eso lo hace distinto de otras revistas. A muchas les da miedo porque te puede salir mal.
Noticias: Tiene que ser un “desnudo artístico”...
De Grazia: Un desnudo artístico, qué frase odiosa (risas). Mi papá pasó las fotos medio por arriba, pero todos los que las vieron me dijeron que eran muy buenas. Yo no quería hacer una guarrada.
Noticias: ¿Por eso decidiste estudiar periodismo?
De Grazia: Conduje un programa en la tele y sentía que me faltaban herramientas para hacer entrevistas. Me decían que no me hiciera drama porque después editaban, pero mi idea es que no me editen.
Noticias: ¿Y los profesores cómo te tratan?
De Grazia: Con algunos empecé muy mal porque directamente casi me dijeron “rubia tarada”. Después se fueron ablandando hasta decirme que podía sorprenderlos. A un profesor le dije: “Usted también, porque pudo sobrepasar sus prejuicios”.
