Su padre no se levanta a las 7 de la mañana para ir a la oficina y su madre no es una típica ama de casa irlandesa, y aunque se empeñen en aclarar que el patriarca no anda siempre con esos extravagantes lentes de sol, el imaginario colectivo dice lo contrario, y hasta presupone que su vida es puro rock and roll.
Sin embargo, Eve y Jordan Hewson, las hijas mayores de Bono y su mujer Alison, han logrado pasar una infancia tranquila y una juventud muy diferente a la de otras “hijas del rock”: ni un escándalo mediático ni arrestos por drogas ni detenciones por conducir ebrias; nada tiñe sus antecedentes y eso ya es mucho decir acerca de las herederas del líder de U2, banda que en apenas unos meses, cuando finalice su gira mundial 360° –denominada una de las más lucrativas de la historia de la música– habrá vendido unos 700 millones de dólares en entradas tras actuar ante siete millones de personas y su recaudación neta ascenderá a más de 195 millones de dólares, según datos de la revista Forbes, de la que Bono es, además, uno de sus accionistas mayoritarios.
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