ESPECTACULOS
Entrevista

Luis Brandoni: “Mauricio Macri va a ganar las elecciones de 2019”

A los 78 años debutó como conductor en La hora del tango, por la TV Pública y confirma que Un gallo para Esculapio fue su despedida de la televisión.

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Luis Brandoni. “Me parece muy complicado que Tinelli debute como candidato a Presidente.” | Aballay

Apenas se abre la puerta del departamento de Luis Brandoni, lo primero que uno encuentra son más de treinta premios y reconocimientos que le otorgaron en su extensa carrera artística. Martín Fierro, María Guerrero, Estrella de Mar, Premio Konex, Premio Tato, Premio ACE, todos los galardones reposan sobre un mueble antiguo, acompañados por varias fotografías de sus trabajos teatrales, en cine y en TV (muchas de ellas en blanco y negro) que penden de la pared.

Al ingresar al comedor, que uno debe atravesar para alcanzar el living, aparece una barra de tragos. De vez en cuando toma un whisky Johnny Walker Black Label, pero la bebida preferida de su vitrina es el ron Zacapa, de Guatemala. “Una seda líquida”, remarca. Ya sentado en el sillón, lindero a un balcón interno, angosto, lleno de plantas, el intérprete, de 78 años, cuenta que se está recuperando de una gripe tras terminar de filmar Regreso triunfal con Juan José Campanella. “Los actores nos acostumbramos a enfermarnos los lunes y martes, cuando no tenemos función de teatro o cuando terminamos de grabar una ficción. Me pasó que me enfermé cuando terminé Un gallo para Esculapio”, compara el actor, que el 16 de agosto volverá a los cines con Mi obra maestra, en dupla protagónica con Guillermo Francella, y que tendrá su estreno mundial en el Festival de Venecia. “Volví a hacer cine porque durante los 12 años del kirchnerismo estuve ausente del cine nacional, yo no estaba en las listas blancas, que eran los que podían trabajar. La dictadura y el kirchnerismo fueron los dos momentos más complicados de mi carrera para trabajar”, asegura.

Y si algo le faltaba al ex diputado por la UCR, era asumir el rol de conductor de un programa, hasta que llegó La hora del tango, ciclo musical que co-conduce con Sandra Guida los sábados, a las 22, en la TV Pública, y que el sábado pasado midió 1,4 puntos de rating y duplicó la media del canal, de 0,6. “Con pocos programas no puedo criticar cómo conduzco”, analiza.

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—¿Qué te une al tango?

—Mi vínculo con el tango fue desde mi más tierna edad. Yo tenía un hermano, Gerardo, nueve años más grande que yo, y él era hincha de la orquesta de Osvaldo Pugliese, y recuerdo esa música de siempre. Me crié en Dock Sud y con 9 años me iba a un bazar del barrio a comprar discos de pasta, y sobre todo los de Pugliese.

—¿Bailás tango?

—Sí, me gusta. No bailo profesionalmente, pero me gusta sentir la música, me gusta ir a las milongas para ver a los milongueros bailar, que lleven el compás bien, que están menos preocupados por la técnica. Solía ir a Niño Bien, La Viruta, El Viejo Correo, que ya cerró, Salón Canning, cada vez hay más milongas pero, como el argentino se cree vivo y pícaro, no se entera, no están en las revistas, en los diarios, en las agendas.

—¿Por qué?

—Porque nosotros tenemos otras opciones para difundir otro tipo de música, recuerdo que me enojaba que en Fútbol de Primera tenía una música anglosajona que no tenía nada que ver con Banfield o Parque Chacabuco. Hay dos ciudades que tienen dos músicas propias: Viena y Buenos Aires. En la televisión y el cine no aparece el tango, que es una música que gusta en el resto del planeta, la gente vive del tango afuera del país y acá no. Yo tengo la expectativa de que este programa se pueda vender al exterior.

Brandoni reclina su cuerpo contra el respaldo del sillón verde oscuro. Pide a su empleada que traiga café y agua. Sobre su lateral izquierdo se exhibe un único portarretratos con dos fotografías: Luis Brandoni está con el ex presidente Raúl Alfonsín, en la de arriba posan serios y en la de abajo, sonrientes. La foto fue tomada en la casa de Brandoni y en el mismo sillón en el que el actor habla de su vida y su trabajo. “Venía muy seguido a casa, era un amigo, se lo extraña”, añora. Debajo de la mesa que separa los dos sillones enfrentados hay libros de Mafalda, de Leonardo Da Vinci y de fotografía: Los gauchos. Vive en el departamento de cuatro ambientes de Retiro que compró en 1996. Muy cerca está la plazoleta homenaje al atentado a la Embajada de Israel y la Iglesia del Socorro, a la que fue con continuidad cuando interpretó a un cura en El hombre de tu vida. “Soy católico pero no practicante”, admite. Dentro de los tesoros que habitan en su hogar se encuentran los vinilos de jazz de Count Basie, Duke Ellington y Ella Fitzgerald.

—¿Cómo es tu vínculo con la televisión, el cine y el teatro en estos tiempos?

—Televisión veo muy poco, el teatro es lo que más me gusta y, posiblemente, el año que viene volvamos a reponer Parque Lezama con Eduardo (Blanco), y Campanella en la dirección. Y en el cine, como te dije, desde 2000 para acá hice muy poco, solo cuatro películas.Yo escucho mucha radio, me informo ahí mientras voy en el auto, hago zapping por Lanata en Mitre, por Fernando Bravo en Continental, Alfredo Leuco, y escucho a Magdalena los sábados.

—¿A Víctor Hugo Morales lo escuchás?

—No. No lo escucho. Fue una gran desilusión Víctor Hugo para mí. Yo lo escuché cuando cambió el disco. Estaba escuchando en ese momento en que cambió el chip. Pero dejémoslo ahí, no quiero hablar del tema.

—¿Cuánto te costó tu postura política en tu carrera?

—Bastante cara. Me costó mucho. Me pasó durante el kirchnerismo que no hice cine y no creo que haya sido una cuestión azarosa, y no es la primera vez que me pasa. En el 70 hice 122 programas de televisión, en el año 72, que me presenté de candidato en la Asociación de Actores, hice 22 y en el año 73, ninguno.

—¿Por qué renunciaste a la Asociación Argentina de Actores?

—El motivo fue que di una opinión personal en Intratables y la comisión directiva de Actores sacó un comunicado denostándome por ser un negacionista. El tema fue que alguien dijo “golpe cívico militar” y yo dije que fue solo militar, y por eso sacaron el comunicado. Desde hace mucho tiempo soy el único que dice la Asociación Kirchnerista de Actores, y nadie me lo contradice. Me fui porque no me representa. Fui dirigente y socio durante 56 años y sé lo que es la organización. Esto cumple una tarea político partidaria, que no es la de los sindicatos.  

—¿Hay grieta en la UCR?

—No. Hay diferencias de criterios en el radicalismo, es un partido democrático en el que siempre hubo diferencias. La única fractura fue la de Frondizi-Balbín, en el 57. Ahora hay gente que no está de acuerdo con la convención de Gualeguaychú, se quejan, putean, pero se quedan. Yo creo que si no hubiéramos decidido ser parte de Cambiemos hoy seguiríamos con el populismo, y acá hay una única prioridad, que es la República. No debe pasar más que un piloto de Aerolíneas mande un mensaje político antes de despegar. Todo está muy violentado.

—Desde que Mauricio Macri es presidente de la Nación, ¿cuántas veces lo viste?

—Una sola vez, en una reunión en Olivos.

—¿Cómo lo ves para 2019?

—Muy bien. Va a ganar de nuevo. Mi visión es optimista.

—Marcelo Tinelli suena como candidato, ¿ves que puede hacer carrera política?

—No sé. Está en todo su derecho. Pero una cosa es ser diputado entre 257 y otra cosa es debutar como presidente de la República, me parece muy complicado.

“La gente esta como loca con las series”

Chelo Esculapio, el personaje jefe de piratas del asfalto y gallero de Un gallo para Esculapio, le otorgó su cuarto Martín Fierro. “Me llamó la atención que lo haya visto un público muy adinerado”, dice Luis Brandoni, quien no estará en la segunda parte de la miniserie, ganadora del Martín Fierro de Oro. “Lo que más me dejó grabar Un gallo es que nunca imaginé que a esta altura del partido en el Conurbano no hubiera veredas, cloacas, cordones, agua corriente, vamos a ver si se va resolviendo”, responde.

—El año pasado dijiste que Un gallo para Esculapio era tu último trabajo en televisión, ¿lo analizaste?, ¿te arrependiste?

—No, no me arrepentí. No tengo tiempo para hacer televisión. No elijo hacer televisión, prefiero el teatro.

—Hay un auge y moda de ver series, ¿qué te pasa a vos con las series?

—No tengo el sistema y pienso: “Hay que tener tiempo para ver tres, cuatro o seis episodios juntos”. A mí me hincha las pelotas que todo el mundo hable solo de series, la gente está como loca con eso, como que ver series te da estatus y si no la viste sos un boludo.

—Nancy Dupláa mostró el pañuelo verde a favor del aborto en una escena de 100 días para enamorarse y los actores de la obra de Toc -Toc salieron con los pañuelos en el saludo final, ¿hasta dónde el actor debe mezclar la política y lo artístico?

—Es un disparate. No tiene nada que ver. La política se hace en la política, se milita, se afilia, se compromete y lo dice. ¿Cómo vas a salir con los pañuelos verdes al final de un espectáculo de teatro con un mensaje ideológico? Yo me afilié al radicalismo en el 82 para votar en la interna a Raúl Alfonsín, hago política en la política y si voy a un programa político hablo de eso. Me felicito porque pasé muchos años limitado en mi trabajo sin poder hablar en una radio, en ningún lado, y solo viví del teatro, y estoy convencido de que el público que va a verme al teatro no va porque sea radical sino porque le gusta ver un buen espectáculo. Incluso al final algunos me dicen: “Lástima que sea radical”, pero bueno yo me lo gané.