INTERNACIONAL
fin de la solidaridad?

La UE se fracturó en tres bandos por cómo responder a la crisis de Grecia

El último plan de ajuste desnudó las diferencias en Bruselas. El ministro de Finanzas alemán propuso suspenderlo del euro. Hollande se alió a Tsipras y lideró a las palomas.

Desconfianza. Tsipras y Merkel volverán a verse hoy en Bruselas, en una reunión de los jefes de Estado de la UE.
| Cedoc

La fractura ya es inocultable. Europa está dividida por Grecia. De un lado, los que piden el “Grexit” y del otro los que se oponen al duro ministro de Finanzas alemán Wolfgang Schäuble. Los dos bandos son irreconciliables y separan al continente. El gobierno de Angela Merkel lideró la posición de intransigencia con Atenas, mientras que Francia se expresó a favor de un acuerdo que salvase la integridad de la Eurozona. Tras ellos, se encolumnaron los países de la región, como si fueran piezas menores en el ajedrez del poder de Berlín y París.

Junto a Alemania, Holanda, Finlandia, Eslovenia, Austria, Eslovaquia y los países del Báltico fueron los más duros con Grecia. Detrás de Francia, Italia y Luxemburgo quebraron lanzas a favor de la propuesta de Alexis Tsipras. “Alemania y Holanda son países acreedores y con gobiernos conservadores. Francia e Italia, deudores con gobiernos de corte socialista. Los primeros quieren que se cumplan las reglas de ortodoxia fiscal, los segundos que se relajen dichas reglas”, explicó a PERFIL José Ignacio Torreblanca, profesor de la UNED y jefe en Madrid del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR), un think tank con sedes en todo el continente.
En esta disputa, Alemania lideró a los feligreses del superávit fiscal y la austeridad. Según publicó ayer el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung am Sonntag –citando documentos oficiales–, Schäuble habría propuesto una suspensión de Grecia del euro por cinco años, lapso en el cual podría reestructurar su deuda. Josef Janning, investigador del ECFR en Berlín, considera que el gobierno alemán está guiado por el “principio de reformas a cambio de préstamos”. “Ni Merkel ni Schäuble están empujando a Grecia fuera del euro. Si Grecia deja la Eurozona, será visto por muchos alemanes como una gran derrota de la política comunitaria de su gobierno”, confió a este diario.

Para Hollande, el “Grexit” nunca sería una opción, como proclamó esta semana ante la Asamblea Nacional el primer ministro, Manuel Valls. “Solidaridad y responsabilidad” fueron las palabras más repetidas en el Palacio del Elíseo, consciente del apoyo de la opinión pública a la causa helena.
Entre ambas posiciones, se encuentran los gobiernos de España y Portugal, quienes están en la vereda política contraria a Syriza –aliado a Podemos–, pero al mismo tiempo temen que un “Grexit” contagie a sus alicaídas economías.
“Basándome en meses de negociación, mi convicción es que el ministro de Finanzas alemán quiere expulsar a Grecia de la moneda única para inculcarles “el temor a Dios” a los franceses y hacer que acepten su modelo de una eurozona disciplinada”, escribió ayer Yannis Varoufakis en The Guardian. Sus dardos contra Berlín revelaron que la armonía en la UE se rompió en mil pedazos.