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Desde El Cairo
En un clima de polarización y nerviosismo, Egipto aguardaba ayer las masivas protestas opositoras previstas para el primer aniversario de la presidencia del islamista Mohamed Morsi, que se cumple hoy. Luego de los violentos disturbios de esta semana, que dejaron ocho muertos, entre ellos un ciudadano estadounidense, el gobierno preparaba estrictas medidas de seguridad para contener a los manifestantes que reclaman elecciones anticipadas.
En la emblemática plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, los opositores piden una “segunda revolución” luego de aquella que terminó con la caída del ex dictador Hosni Mubarak después de tres décadas en el poder. Mientras que los partidarios de Morsi afirman que el presidente está cumpliendo con la tarea de limpiar las instituciones tras años de corrupción, sus detractores lo acusan de concentrar el poder en sus manos y de haber traicionado el levantamiento de 2011.
Los Hermanos Musulmanes, de los que forma parte Morsi, advirtieron a la oposición que no permitirán un “golpe de Estado” contra el presidente, y se teme que ambos grupos choquen en las calles. Los críticos de Morsi montaron decenas de carpas en Tahrir y en otras grandes ciudades de Egipto, mientras que el movimiento Tamarod (“rebelión” en árabe) afirmó haber juntado 22 millones de firmas para reclamar una elección presidencial anticipada.
Por su parte, el presidente estadounidense Barack Obama manifestó ayer su “preocupación” por la situación en Egipto y pidió a Morsi que actúe de manera “más constructiva”. Además, Estados Unidos recomendó a sus ciudadanos que no viajen a Egipto debido a la “inestabilidad política y social” que atraviesa ese país.
Tras la caída de Mubarak en febrero de 2011, el Ejército tomó las riendas del país hasta el triunfo en las elecciones y la toma de posesión de Morsi, el 30 de junio de 2012. El miércoles, en un discurso televisado, el mandatario advirtió que las divisiones amenazan con “paralizar la nación” y admitió que “la polarización alcanzó un nivel que podría amenazar la democracia en Egipto”.
Por su parte, Amnistía Internacional pidió moderación a las autoridades por sus antecedentes en materia de represión policial.