PUERTO PRÍNCIPE.- Socorristas de todo el mundo intentan salvar a los que aún pueden ser salvados este viernes, tres días después del terremoto que destruyó la capital haitiana, en tanto se espera un portaaviones estadounidense con helicópteros que llevarán agua, medicina y ayuda en general.
Miles de personas vagaban buscando ayuda en Puerto Príncipe, devastada por un terremoto que causó 40.00O ó 50.000 muertos según la Cruz Roja, mientras seguían los esfuerzos a contrarreloj por hallar sobrevivientes y entregar la ayuda internacional que saturaba el aeropuerto.
En medio del caos y el olor a putrefacción, la crispación iba en aumento, en tanto la llegada de ayuda desde el exterior es lenta y compleja.
El portaaviones estadounidense "USS Carl Vinson" está en camino hacia Haití, donde llegará este viernes y servirá de base para helicópteros que llevarán ayuda a las víctimas.
El buque --concebido para la guerra pero también adaptado para una misión humanitaria-- tiene sistema de purificación de agua, decenas de camas, tres salas de operaciones y puente de aterrizaje con capacidad para gran número de helicópteros, según oficiales estadounidenses.
Servirá de helipuerto para muchos aparatos diferentes, explicó Nate Christensen, teniente de la Marina estadounidense, a la AFP.
El temor a las enfermedades, además de la falta de agua y alimentos, agrava la situación en una ciudad donde los cuerpos se apilaban en las calles.
El rapero haitiano Wyclef Jean dijo haber pasado el jueves juntando cadáveres en las calles de Puerto Príncipe. "Pasamos la jornada del jueves juntando cadáveres, es lo que hicimos durante todo el día. Hay tantos cuerpos en las calles que las morgues están llenas", dijo a Fox News.
El bullicio se ve a veces interrumpido por disparos. La desesperación está llevando a los haitianos al extremo y los saqueos son abundantes.
La Cruz Roja también advirtió sobre el "serio problema de seguridad" en Haití debido a la escasez de alimentos y agua potable.
En el aeropuerto, los civiles se agolpaban con la esperanza de salir a toda costa de la ciudad. Pese a que la torre de control estaba inhabilitada, socorristas procedentes de China, Estados Unidos o Francia desembarcaron el jueves en masa con toneladas de material de ayuda, saturando el aeropuerto.
Para tratar de aliviar la situación, Estados Unidos asumió el control del aeropuerto. "La buena noticia es que ahora el aeropuerto de Puerto Príncipe funciona las 24 horas. La malo a es que es un aeropuerto pequeño muy limitado, con una sola pista y poco espacio", declaró el jueves portavoz del departamento de Estado, Philip Crowley
Uno de los consejeros de seguridad del presidente Barack Obama y un responsable del Pentágono partieron a Haití para coordinar la ayuda estadounidense, informó la Casa Blanca.
Obama ofreció el jueves 100 millones de dólares de ayuda. "Al pueblo de Haití, le decimos con claridad y convicción, no serán abandonados, no serán olvidados", afirmó.
Los países latinoamericanos, muchos de los cuales forman parte de la misión de paz de la ONU en Haití, comenzaron a enviar sus paquetes de ayuda y rescate.
"La gente de todo el mundo quiere ayudar", destacó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, cuando la organización se enfrenta a su propio drama: 36 miembros de su misión murieron por el terremoto y otras 200 personas están desaparecidas, incluido el jefe de la Misión de Estabilización en Haití (Minustah), Hedi Annabi.
Brasil, que ejerce el mando militar de la Minustah, anunció el envío de ocho aviones con asistencia humanitaria, médicos y personal calificado para rescates.
Mientras ya fueron enviadas 28 toneladas de elementos de primera necesidad, como alimentos y agua, el gobierno brasileño aprobó un fondo de ayuda de 15 millones de dólares.
Canadá, Francia, Alemania, Holanda, Rusia y España han ofrecido equipos. Australia, Gran Bretaña y Japón son algunos de los países que han prometido varios millones de dólares en asistencia, mientras que el FMI y el BM prometieron 100 millones de dólares cada uno.
La organización mundial 'Save de Children', basada en Gran Bretaña, advirtió el jueves que hasta 2 millones de niños pueden estar en riesgo tras el devastador terremoto que golpeó la ciudad durante el horario escolar.