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Desde Riad
Decenas de mujeres desafiaron ayer a las autoridades en Arabia Saudita, al ponerse al frente del volante y conducir sus vehículos, eludiendo la prohibición que pesa sobre ellas en el reino ultraconservador. La impulsora de la campaña, Aziza Yussef, informó a la prensa que su grupo recibió trece videos y cincuenta mensajes telefónicos de mujeres manejando automóviles o que afirman haberlo hecho. Si las cifras son correctas, la campaña de este año fue el esfuerzo más eficaz de las sauditas para reclamar su derecho a conducir.
Las organizadoras de la protesta anunciaron que no había informaciones sobre arrestos o multas de la policía. Sin embargo, las activistas tuvieron que sortear varios obstáculos para llevar adelante la acción. Según Yussef, ella y otras cuatro activistas recibieron esta semana llamadas telefónicas de un alto funcionario del ministro del Interior, cercano al príncipe Mohamed bin Nayef, advirtiéndoles que no manejaran sus automóviles. Un vocero de ese ministerio advirtió el viernes que aquellos que apoyaran la campaña en las redes sociales se exponían a una pena de hasta cinco años de cárcel.
La activista dijo también que “dos vehículos sospechosos” la siguieron a todas partes durante el día. “Desconozco de qué parte vienen. Esas personas no están en un vehículo del gobierno”, agregó Yussef. Aunque ninguna ley les prohíbe específicamente a las mujeres manejar vehículos, las autoridades no les otorgan licencias de conducir. La mayoría de ellas depende de choferes o de parientes hombres para desplazarse.
Los poderosos clérigos wahabistas, una rama del sunnismo ultraconservadora que tiene una gran influencia en la monarquía saudita, impusieron la prohibición de que las mujeres conduzcan automóviles y dicen que infringirla propagará el “libertinaje”. Según un prominente religioso de ese país, estudios médicos revelan que conducir un auto es “perjudicial” para los ovarios.
La primera protesta importante de conductoras en el reino petrolero ocurrió en 1990, cuando unas cincuenta mujeres manejaron vehículos. La medida fue duramente reprimida: fueron encarceladas, les confiscaron sus pasaportes y perdieron sus empleos.
En junio de 2011, cuarenta mujeres se pusieron detrás del volante en varias ciudades en protesta por la detención y represión de una joven que había difundido un video conduciendo un vehículo.
En Arabia Saudita, las mujeres dijeron ayer basta.