Beirut- El diputado de la mayoría libanesa antisiria Antoine Ghanem murió en un atentado con coche bomba en un suburbio de mayoría cristiana en Beirut, a sólo una semana de las elecciones cruciales en el país.
Al menos 9 personas, entre ellas el diputado, murieron en la explosión del coche bomba, estacionado en una calle de Sin el-Fil, un barrio en las afueras de Beirut.
Aunque Siria condenó el atentado como un "acto criminal", la mayoría parlamentaria libanesa, a la que pertenecía Ghanem, imputó a Damasco este nuevo ataque contra uno de sus miembros.
Otras 30 personas resultaron heridas, según la Cruz Roja.
"Este acto criminal apunta hacia las tentativas y los esfuerzos desplegados por Siria (...) para lograr la unidad nacional libanesa", aseguró la agencia oficial siria, Sana.
El próximo 25 de septiembre el parlamento líbanes debe reunirse en sesión solemne para elegir al sucesor del presidente prosirio Emil Lahud, en medio de una grave crisis política.
Ghanem, de 64 años y de profesión abogado, era miembro de la Falange cristiana, y diputado desde el 2000. Se trata de la octava muerte en las filas de la mayoría antisiria desde el asesinato del ex primer ministro Rafiq Hariri, en febrero de 2005.
" Acababa de pasar dos meses fuera del país, volvió el domingo. Le dije que se cuidara, que tomara medidas de seguridad. Pero no tenía los medios para pagarse una protección muy importante", explicó su hija Mounia.
Los restos retorcidos y en llamas de al menos una docena de coches, y las fachadas destrozadas de los inmuebles fueron parte del escenario caótico que dejó el atentado.
" Quedé cubierto de cristales rotos por la fuerza de la explosión", dijo uno de los residentes del barrio y sobreviviente del ataque, Shadi Bejjani.
La explosión tuvo lugar cerca de la residencia del ex presidente falangista Amin Gemayel, cuyo hijo, el ministro de Industria Pierre Gemayel, murió abatido a balazos el 21 de noviembre de 2006.
El pasado mes de junio, otro diputado cristiano, Walid Eido, murió en otro atentado con coche bomba en Beirut que también acabó con la vida de nueve personas.
" Nunca he visto en mi vida un régimen tan cobarde como el régimen (del presidente sirio) Bachar al Assad", declaró el jefe de la mayoría, Saad Hariri, hijo del ex primer ministro cuya muerte despertó una oleada de indignación en 2005.
Desde la muerte de Hariri, cuyo asesinato fue unánimemente atribuido a Siria y obligó a su Gobierno a retirar sus tropas del Líbano, el país vive sometido a una implacable oleada de violencia.
La crisis política libanesa se agravó cuando las fuerzas prosirias opositoras, lideradas por el movimiento chiita Hezbollah, retiraron a seis ministros del Gobierno en noviembre pasado.
Según analistas, un fracaso político para elegir a un candidato presidencial consensuado la próxima semana podría provocar un vacío de poder o incluso la proclamación de dos gobiernos, una peligrosa situación que recuerda los años de la guerra civil que desangró al país entre 1975 y 1990.
" Estados Unidos rechaza en los más duros términos este ataque, y continuaremos apoyando a aquellos en Líbano que luchan por un país libre y democrático", indicó el portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, Gordon Johndroe.
El atentado también fue condenado por el Consejo de Seguridad de la ONU, que lo calificó como "nuevo intento de desestabilizar Líbano".
Fuente: AFP