INTERNACIONAL
El apoyo a la mandataria cay por debajo del 40%

Bachelet selló una forzada alianza con los pinochetistas

Jaqueada, la presidenta socialista busca destrabar de esa manera el continuo bloqueo opositor a sus iniciativas.Para ello debió pactar con el dos veces candidato de la derecha, Joaquín Lavin.

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| Cedoc

Arrinconada políticamente, la presidenta socialista chilena, Michelle Bachelet, selló esta semana una inédita alianza con líderes vinculados al fallecido dictador Augusto Pinochet, en un último intento por recuperar liderazgo.

La operación le permitió dividir a la derecha y destrabar por ahora el bloqueo opositor a sus iniciativas en previsión, equidad y seguridad ciudadana, de cara a los comicios municipales de 2008, antesala de las presidenciales de 2009.

El pacto entre Bachelet y el dos veces candidato presidencial por la derecha, Joaquín Lavín, permitió además a ambos retomar la conducción de la agenda política, convulsionada por el probable regreso de la oposición al poder en 2010, tras 20 años de ausencia.

El vocero de Gobierno, Ricardo Lagos Weber, justificó hoy la alianza señalando que durante meses la oposición negó al oficialismo "la sal y el agua", por lo que era imperioso construir espacios de diálogo y consenso que dieran "oxígeno por un tiempo".

De hecho, el apoyo a Bachelet cayó por debajo del 40 por ciento, debido a problemas en el transporte y al aumento de la delincuencia, además de conflictos laborales. La mandataria incluso denunció un "femicidio político" en su contra, tesis descartada incluso por sus aliados.

En la contra cara, Lavín, escoltado por su correligionario de la Unión Demócrata Independiente (UDI), el senador Pablo Longueira, busca con su acción recuperar protagonismo en una oposición que no capitaliza el descontento con el gobierno.

De hecho, la mayor crítica ciudadana a los opositores es hacia su política confrontacional, según sondeos. Adicionalmente, estudios oficiales revelan que siete de cada diez chilenos valora el giro dado por Lavín, quien no descarta postularse por tercera vez a la presidencia.

" Este es un gran día para Chile (se ha logrado) que el gobierno y la oposición se sienten a conversar", dijo el líder derechista, tras visitar este miércoles el palacio de gobierno, La Moneda.

Sin embargo, la distensión no parece total. Lagos Weber admitió que el gobierno aún "no saca cuentas alegres" y advirtió que la proximidad de elecciones puede nublar el panorama.

En el resto de la oposición, parlamentarios manifestaron su rechazo a la iniciativa, apostando a que un mayor conflicto complique más el respaldo a Bachelet, que está por debajo del 30 por ciento en la capital.

Incluso, el senador Alberto Espina, del derechista partido Renovación Nacional, sostuvo hoy que los aires de diálogo no significan que su sector deje de pensar en "desalojar" del poder al gobierno.

En el oficialismo, e incluso tras las críticas de los sectores más cercanos a Bachelet, la alianza es vista como una oportunidad de gobernabilidad, en un país que crece a seis por ciento con altos superávit fiscal y comercial, pero que no logra consensuar una "hoja de ruta" legislativa.

No obstante, Lagos Weber dijo ser "cauto" y descartó que el giro dado en los últimos días permita consensos mayores, en especial sobre cambios al sistema político electoral, que impide la representación porcentual de las preferencias ciudadanas.

Por ello, al igual que cuando lanzó en mayo pasado un ambicioso programa social, Bachelet parece destinada a volver a un esquema de conflicto, que podría costarle a la alianza gubernamental perder el poder que controla desde 1990, tras 14 triunfos electorales consecutivos.

Fuente: DPA