Al menos cincuenta muertos habría arrojado hoy una seguidilla de estallidos de coches bombas en un mercado de la ciudad de Bagdad, en el momento en que estaba repleto de gente, y no se descarta que las víctimas fatales pueden llegar al centenar.
El hecho se produjo en un centro comercial muy concurrido de la capital iraquí, en el distrito de Sadriya, cuando explotaron tres cargas en forma simultánea. El mercado, ubicado en una localidad en la que viven distintos grupos de etnias y religiones, estaba atestado a esa hora pues los habitantes pretendían hacer sus compras antes del toque de queda.
Una fuente de los servicios de seguridad afirmó que el objetivo del triple atentado era una caravana de vehículos blindados del ejército iraquí. Algunos habitantes de la zona responsabilizaron a grupos sunnitas, que habrían querido replicar un raid realizado ayer por tropas iraquíes apoyadas por helicópteros estadounidenses contra Fadhil, un barrio vecino a Sdriya considerado bastión de la resistencia.
Por su parte, el presidente estadounidense, George W. Bush, afirmó hoy que los Estados Unidos necesitan hacer más y “más rápido” en Irak. “El éxito del gobierno de Irak depende del éxito de las fuerzas de seguridad de Irak”, dijo el mandatario norteamericano durante su habitual programa radial sabatino.
Durante un viaje a Medio Oriente esta semana, Bush se reunió con el primer ministro de Irak, Nuri Maliki, para “hablar sobre las maneras en que podemos mejorar la situación en el terreno y ayudar a los iraquíes a forjar una democracia perdurable”.
Al Maliki "quiere mostrarle al pueblo que lo eligió que está dispuesto a tomar las decisiones difíciles que son necesarias para proporcionar seguridad", dijo Bush, según el cual, "para hacerlo, necesita bajo su control una fuerza iraquí más numerosa y capaz, y la necesita pronto".