A partir de ahora, habrá olor a pollo frito en los pasillos de la Casa Blanca. Y no es por un cambio de chef ni porque hayan instalado un restaurante de comidas rápidas en uno de los pisos. Es que con la flamante familia presidencial de los Estados Unidos llegó a Washington la mejor niñera que Sasha y Maila -las hijas del recién investido Barack Obama, de 7 y 10 años- podrían tener: su abuela, quien además dice tener la mejor receta para lograr un crujiente pollo frito, del que sus nietas son fanáticas. Así, Marian Robinson, mamá de Michelle Obama, dejó su sencilla casa en un barrio negro de Chicago para mudarse a la residencia oficial.
Nanny de lujo. Su tarea allí será la misma que tuvo durante todo 2008, cuando su yerno y su hija estuvieron de viaje por todo el país en plena campaña: estará a cargo de las pequeñas cuando su hija esté muy ocupada. Preocupada por sus herederas, Michelle ya había declarado: "Las chicas van a necesitarla como parte de su sensación de estabilidad. Y si hay algo que es cierto sobre mi madre es que ella hace cualquier cosa por nosotros y sus nietas. Lo único que tienen que hacer es mirarla con ojitos tristes y ella está lista".