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justicia en italia

Berlusconi cumplirá condena en una exclusiva ‘mansión-prisión’

Como tiene más de 70, no irá a la cárcel. Los palacios para elegir.

Villa Certosa / cuenta con un lago artificial.
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Al igual que Carlos Menem cuando estuvo preso en la lujosa quinta de su amigo Armando Gostanian, el ex premier italiano Silvio Berlusconi podrá cumplir un año de arresto domiciliario en una de las fastuosas mansiones que posee. La Justicia lo condenó a prisión por fraude fiscal, pero Il Cavaliere no irá a la cárcel porque es mayor de 70 años. Deberá elegir entre dedicar una hora por día a realizar “actividades socialmente útiles” o pasar 365 días encerrado en una de sus residencias.

Berlusconi ya anticipó su decisión: “No aceptaré hacer servicios sociales como un delincuente que debe ser reeducado”. Antes que someterse a una pena que considera humillante, el ex premier prefiere el confinamiento en una de sus mansiones. Podrá optar entre Villa Certosa, su complejo residencial de 120 hectáreas en Cerdeña; Villa San Martino, célebre por las fiestas del “bunga-bunga”; Villa Torno, a orillas del lago de Como; o el palacio romano de Grazioli.

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Berlusconi fue condenado en forma definitiva a cuatro años de cárcel por delitos fiscales en el caso Mediaset. No obstante, se vio favorecido por una ley de indultos de 2006 que redujo su pena a un año de prisión domiciliaria por su avanzada edad: 76 años. Luego de la feria judicial en Milán, los magistrados le notificarán la sentencia luego del 16 de septiembre y Berlusconi tendrá tiempo hasta mediados de octubre para elegir entre ambas opciones.

Sus abogados creen que sería mejor optar por los servicios sociales, ya que de esa manera seguiría en libertad y podría dedicar la mayor parte de su tiempo a la política. Aunque es probable que la Corte de Apelación confirme su inhabilitación para ejercer cargos públicos, el ex premier cree que su carrera no está acabada y se considera el “santo mártir de la mala justicia”.

Pese al consejo de sus abogados, Berlusconi ya dijo que no está dispuesto a ponerse bajo la tutela de los servicios sociales. Al fin y al cabo, el arresto domiciliario no sería tan dramático. Es cierto que no podría salir de su casa sin autorización del juez y que le quitarán hasta el pasaporte, pero tendría beneficios como el uso del teléfono y la computadora o el permiso para salir a pasear un par de horas por día.

Lugares para vivir tampoco le faltan. Al oeste de Cerdeña, Villa Certosa tiene el doble de la superficie del Vaticano e incluye un lago y un volcán artificiales, siete piscinas y un invernadero con orquídeas y otras plantas exóticas. Otra opción es Villa San Martino en Arcore, cerca de Milán y con 3.500 metros cuadrados de extensión. Allí es donde Berlusconi organizaba las famosas fiestas del “bunga-bunga” con jóvenes y bellas mujeres.

En Villa Torno, el ex premier podría disfrutar de la vista del lago de Como, un jardín de tres mil metros cuadrados, una cancha de tenis y la presencia de vecinos famosos como el actor George Clooney. Si quisiera algo más urbano, Berlusconi podría optar por el palacio Grazioli, en pleno centro de Roma. Se lo alquila a una tradicional familia de la nobleza italiana y allí instaló un estudio de televisión para grabar mensajes públicos. En su habitación palaciega tiene un baldaquino que le regaló Vladimir Putin.

El proceso por el caso Mediaset se remonta a 2007 y juzga la compraventa de derechos de transmisión de películas norteamericanas por el valor de 470 millones de euros por parte del grupo mediático de Berlusconi entre 1994 y 1999, con un supuesto aumento artificial del precio de los derechos para evadir impuestos y desviar ese dinero a cuentas en el exterior.

Antes de la sentencia por el caso Mediaset, Berlusconi había sido procesado 34 veces. Pero siempre había logrado salir ileso de los juicios, valiéndose de prescripciones o leyes a medida. La condena que enfrenta ahora es la primera definitiva e irrevocable. Con semejantes opciones de “mansiones-prisión”, se entiende por qué Il Cavaliere prefirió el encierro a los servicios útiles para los italianos.