La Paz - La explosión de una bomba en la sede de la mayor organización sindical rompió este lunes la frágil tregua navideña instalada precariamente en Bolivia, donde las regiones ricas y opositoras rechazan el proyecto de constitución oficial y han proclamado una autonomía extendida.
El artefacto, presumiblemente dinamita, detonó a las 08.15 locales en el inmueble ubicado en el centro de la ciudad de La Paz, en momentos en que el presidente Evo Morales pidió a las regiones una pausa y entablar un diálogo que todavía no llega.
"Creemos que ha sido dinamita, creemos que ha sido un atentado, pero la policía nos ha dicho que ya está investigando", afirmó el dirigente Sósimo Paniagua, mientras el gobierno consideró que este incidente y otros registrados en el último mes demostrarían que en el país opera un grupo terrorista.
"Aquí estamos en presencia de una organización de carácter terrorista, ya que son atentados sucesivos con uso de explosivos y en algunos casos de armamento y eso constituye un atentado a la sociedad democrática boliviana", aseveró el ministro de Gobierno (Interior), Alfredo Rada.
El ministro hizo referencia a los tres incidentes registrados en los últimos 30 días, principalmente en Santa Cruz, con detonaciones con móviles políticos. El domicilio del concejal municipal del oficialista MAS, Osvaldo Peredo, el Palacio regional de Justicia y un hotel donde el presidente Morales habitualmente pernocta cuando viaja a esta población, sufrieron explosiones en las últimas dos semanas.
El último hecho en La Paz en la sede sindical de la Central Obrera Boliviana (COB) se produce en momentos en que el presidente indígena Evo Morales ha pedido una tregua a gobernadores y líderes civiles opositores de cinco de los nueve departamentos de Bolivia que empujan contra viento y marea las autonomías territoriales.
El mandatario incluso ordenó la suspensión de spots de televisión y jingles de radio, adversos a la causa de los opositores, con el fin de apaciguar los ánimos caldeados y evitar que las pugnas entre las prefecturas y el poder Ejecutivo aumenten.
Esas conversaciones, que aún parecen lejanas, están destinadas a discutir dos de los temas de mayor polémica: el resistido recorte de los presupuestos de las regiones para financiar una renta anual de vejez y la nueva Carta Magna, aprobada por la Asamblea Constituyente sin acuerdos con la oposición.
Mientras el diálogo aún es esquivo, pues la oposición exige garantías para encontrar acuerdos duraderos, Bolivia también ha sufrido el aumento de la violencia política, pues, además de las explosiones, los domicilios de dos dirigentes políticos han sido quemados, fruto del conflicto entre el oficialismo y la oposición.
A fines de noviembre, el domicilio del senador de centroderecha Abraham Cuéllar, fue atacado y destruido en la ciudad amazónica de Cobija, por grupos opositores que le cuestionan que haya aprobado con su voto en el Congreso una polémica ley del gobierno para pagar una bonificación a los ancianos, con dinero de las regiones.
Este fin de semana, la casa del asambleísta del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS), Carlos Romero, fue quemada en la ciudad de Santa Cruz, desde donde se articula la oposición política, civil y empresarial al mandatario indígena.
Fuente: AFP