El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció una medida que permitirá extender los cultivos legales de coca de 12 mil a 20 mil hectáreas hasta el 2010. El dictamen se tomó a partir de la imposibilidad de mantener la ley que fija en 12 mil la superficie máxima cultivable y seguramente tendrá una respuesta inmediata por parte de los Estados Unidos.
“Como gobierno nos comprometemos a tener menos de 20 mil hectáreas de coca, imposible comprometernos a algo que no vamos a cumplir con el pueblo o la comunidad internacional”, sostuvo el mandatario aymará al presentar su Estrategia de Lucha Contra el Narcotráfico 2007-2010, en un cuartel antidrogas en la localidad cocalera de Chimoré, en el centro de Bolivia.
La Ley 1.008 Régimen de la Coca y Sustancias Controladas, aprobada en 1988, establece que los cultivos legales de coca no deben exceder las 12 mil hectáreas, siempre que la milenaria planta sea utilizada para masticación e infusión de sus hojas.
Los datos no oficiales determinan que la superficie total cultivada de la planta de coca –con la que también se fabrican drogas como la cocaína– fluctúa entre las 18 mil y 20 mil hectáreas, sobre todo en la región de los Yungas de La Paz, en las estribaciones cordilleranas, y en el Chapare, en el departamento de Cochabamba, al centro de Bolivia. Además, la planta es utilizada como infusión –en té en saquitos– o bien para distintos usos medicinales. Por ese motivo, el jefe de Estado boliviano aseguró que el excedente será utilizado para proyectos de industrialización de la hoja.
Una larga historia de desencuentros. En 2004, cuando aún se desempeñaba como líder coralero, Morales había acordado con el entonces presidente Carlos Mesa, la ampliación por decreto de 3.200 héctareas –con un total de 15.200– a la espera de un estudio para determinar los verdaderos niveles de demanda legal, y no que tuvieran como fin la producción de cocaína. Sin embargo, el estudio aún no se hizo.
Por su parte, con investigaciones en el rubro, la ONU determinó que en Bolivia existen alrededor de 25 mil hectáreas sembradas de coca, de las cuales más de la mitad son ilegales.
Por ese motivo, Estados Unidos nunca aceptó los cultivos por encima de las 12 mil hectáreas y recordó que varios gobiernos bolivianos se comprometieron a erradicarlos a cambio de una ayuda anual que llegó a los 150 millones de dólares y que disminuyó con la llegada del gobierno de Morales a unos 80 millones.
El propio cuartel antidrogas en el que Morales hizo el anuncio fue financiado por Washington, incluidos su pista de aterrizaje y el equipamiento para combatir el narcotráfico.