El nuevo ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Carlos Villegas, anunció que aplicará todo el rigor del decreto de nacionalización del sector en las negociaciones con petroleras multinacionales, en especial con la brasileña Petrobras. “No nos doblará la mano", dijo el funcionario.
Por su parte, el presidente de Petrobras, Sergio Gabrielli, dijo que la empresa brasileña está dispuesta a defender sus operaciones de refino en Bolivia, que considera que se han convertido en "inviables", tras la nueva definición del marco legal por parte del gobierno del país andino.
En conferencia de prensa, Gabrielli argumentó que la decisión oficial de que la estatal boliviana YPFB se encargue de la comercialización interna y externa de combustibles líquidos le quita por completo a Petrobras su capacidad de gestión, y no tiene fundamento legal.
“ En las condiciones actuales, no nos interesa seguir en el área de refino en Bolivia, pero haremos todo lo posible para ser resarcidos", dijo Gabrielli.
Por su parte, el presidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, dijo que su país “no tiene que hacer bravatas” con Bolivia y advirtió a La Paz que si a los brasileños le colocan "la espada sobre la cabeza" con un eventual corte del suministro de gas, los que sufrirán serán los bolivianos.
En una entrevista divulgada hoy por el diario brasileño Folha de S. Paulo, Lula dijo que le daba "pena" que en Brasil sectores políticos intentaran sacar provecho del impasse con Bolivia.