La sorpresiva renuncia de Jeanine Áñez a su candidatura presidencial da por finalizada una aventura electoral que no tenía mucho asidero con la realidad. Tras varios meses de campaña, donde no logró trepar en las encuestas más allá del cuarto lugar, la actual presidenta de Bolivia anunció que no será candidata en los comicios que se celebrarán el próximo 18 de octubre. Según ella misma declaró, Añez desiste de sus pretensiones presidenciales debido a que su candidatura sólo suma a la división. “Lo hago para sumar a la victoria de los que no quieren la dictadura, si no nos unimos, vuelve Evo”, afirmó. Los candidatos opositores recibieron la noticia con expectativa de sumar los siete puntos que Añez venía midiendo en las encuestas. El mal manejo de la pandemia del coronavirus no dejó bien parada a la mandataria.
Tanto el “moderado” Carlos Mesa como el cruceño de ultraderecha Fernando “El macho” Camacho la superaban en todos los sondeos. Sin embargo, ambos se encuentran lejos del candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales, Luis Arce. El ex Ministro de Economía de Morales lidera las encuestas con un porcentaje que supera el 30%, seguido por Mesa con poco menos del 20%. Para ser presidente en Bolivia es necesario alcanzar más del 50% del total de los sufragios, o un piso mínimo de 40% más un 10% de diferencia con el segundo. Este segundo escenario es al que apunta el MAS para retornar al Palacio Quemado. Y sólo podría alcanzarlo en caso de una oposición dividida. En caso de no llegar a lo requerido por la Constitución del Estado Plurinacional, se llevará adelante un ballotage el 28 de noviembre. En ese escenario, las mayores posibilidades de obtener el triunfo las tiene quien sea el candidato que compita con el MAS.
Jeanine Áñez renunció a la candidatura presidencial "para cuidar la democracia"
Morales intentó ser candidato a Senador pero se encuentra inhabilitado para participar en los comicios de octubre. Desde su exilio en Buenos Aires, participa activamente de la campaña apoyando a su ex Ministro y denuncia una persecución política en su contra. En Argentina se encuentra la mayor comunidad de bolivianos residentes en el exterior, representan aproximadamente el 2% del padrón electoral. En una elección que se presenta tan reñida y donde cada voto será clave, se trata de un porcentaje no menor. A pesar de estar fuera del país, el ex presidente sigue siendo la figura central de la política boliviana. Tras el anuncio de Añez, pidió un MAS unificado para derrotar a Mesa y a Camacho: “Frente al intento de unidad de la derecha, autores de 20 años de neoliberalismo, convocamos a una mayor unidad de la clase trabajadora, clase media y empresarios con el único movimiento político con visión de país y experiencia de gestión que garantiza salida a crisis económica.”
Tras la interrupción institucional que significó el golpe de Estado contra Evo Morales hace un año, el Estado Plurinacional de Bolivia se encamina hacía una normalización electoral. En un país tan polarizado, no está claro aún que sucederá de cara al 18 de octubre. Lo cierto es que, a pesar de la dura campaña contra los candidatos de Morales, Arce tiene grandes posibilidades de acceder a la presidencia. La jugada de Añez demuestra que está dispuesta a todo, inclusive dejar de lado sus propias pretensiones personales, para que esto no suceda. El ex Ministro aún es señalado por sus seguidores como el responsable del milagro económico boliviano que convirtió al país en el de mayor crecimiento sostenido en las últimas décadas en América Latina. En un contexto de crisis económica, sanitaria, social y política, la estabilidad que Arce ofrece a su electorado es inestimable. En octubre se verá si es suficiente para derrotar a una oposición unificada, temerosa del regreso de Evo Morales y del MAS al gobierno.
*Magister en Relaciones Internacionales.