El ataque a Jair Bolsonaro, apuñalado durante un acto en Juiz de Fora, Minas Gerais, marcará sin dudas un antes y un después en la campaña presidencial en Brasil. El diputado de ultraderecha fue agredido en el estómago cuando era llevado en andas por sus seguidores. El atacante, identificado como Adélio Bispo de Oliveria, de 40 años y afiliado hasta 2014 al Psol, había publicado en Facebook mensajes críticos contra el candidato presidencial, que fueron respondidos por cientos de insultos por otros internautas.
El episodio dejará huellas en una contienda marcada por la incertidumbre, la polarización y también la violencia. Sin embargo, no se trató de la primera agresión política en la campaña. En marzo de este año, una caravana del Partido de los Trabajadores (PT) fue baleada en el Estado de Paraná, al sur del país. Dos colectivos fueron alcanzados por los proyectiles, mientras que el tercero, donde viajaba el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, salió indemne. “Los autores de los disparos tenían la intención de alcanzar a las personas que estaban dentro. Estamos evaluando si no hubo una tentativa de alcanzar al presidente Lula”, denunció, por ese entonces, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann.
El día que Jair Bolsonaro justificó un atentado en campaña contra Lula
Desde el comando de campaña de Bolsonaro, no descartan “ninguna de las posibilidades” detrás del ataque. Paradójicamente, Bolsonaro fue el candidato que pronunció los discursos más violentos, xenófobos y racistas de la campaña, que, incluso, le valieron una advertencia del Superior Tribunal Federal (STF).
Minutos después del ataque, el juez de la Corte Ricardo Levandowski comunicó que Bolsonaro tiene un “plazo de diez días” para aclarar a qué se refirió cuando llamó a “fusilar a los petistas” (utilizó el término “petralhada”, con connotaciones despectivas), al cierre de un acto en el Estado de Acre.
El excapitán del Ejército, que dijo que el gran problema de la dictadura militar “fue torturar y no matar”, encabeza los sondeos que analizan un escenario sin la competencia de Lula. Ahora, es posible que su campaña agite este episodio criminal para subir aún más en las encuestas, luego que su gran activo -su oposición a Lula- quedó fuera de carrera por el fallo del Tribunal Superior Electoral.
Es posible que la campaña de Bolsonaro agite este episodio criminal para subir aún más en las encuestas
El postulante de extrema derecha, que promueve la mano dura contra el crimen y defiende la portación de armas, finalmente fue víctima de su principal arma electoral. “La violencia se combate con más violencia”, afirmó en 2015, un peligroso slogan que nunca censuró. En Minas Gerais, Bolsonaro fue agredido por el Frankestein que lo consagró en las encuestas.