Fomentar la tenencia de armas de los civiles, fortalecer a las fuerzas de seguridad y de defensa, crear un ministerio de economía poderoso que privatice empresas públicas y hasta apostar por una educación con “más matemática, ciencia y portugués y menos adoctrinamiento y sexualización precoz”. Esos son algunos de los puntos sobresalientes del programa de gobierno que el ultraderechista candidato a presidente de Brasil, Jair Messias Bolsonaro, presentó recientemente ante el Tribunal Superior Electoral (TSE).
“Brasil encima de todo. Dios encima de todos”, es la frase que encabeza el programa del polémico ex capitán del Ejército y diputado desde hace 17 años por el estado de Río de Janeiro, que marcha segundo en las encuestas detrás del encarcelado ex presidente Lula da Silva.
En la plataforma con la que se comprometió a cumplir en caso de ser electo mezcla promesas de “mano dura” con otras de corte neoliberal, que buscan achicar el gasto público y desregular los mercados.
“La base de sustento histórica para Bolsonaro siempre estuvo en los sectores más reaccionarios. Buena parte de su discurso gira en torno a valorar el rol de las Fuerzas Armadas; es nacionalista. Pero en el último tiempo dio un viraje hacia el neoliberalismo para acomodarse al sector de la competencia política que él vendría a representar, que toma al Estado como culpable de todas las desgracias”, explicó a PERFIL el politólogo Amilcar Salas Oroño.
El programa de Bolsonaro prevé la privatización de algunas de las 147 empresas públicas brasileñas, aunque admite que en el proceso “podrían surgir algunas dificultades políticas”. También insiste con la reducción de la estructura de 29 ministerios que tiene actualmente el Ejecutivo y con unificar las carteras de Hacienda, Planeamiento, Industria y Comercio en una sola de Economía. Con el eslogan “Más Brasil y menos Brasilia”, busca erigirse en el candidato antisistema, al igual que Donald Trump en los Estados Unidos.
“Si continúa con la línea de su principal economista, Paulo Guedes, es muy posible que siga con las políticas neoliberales que viene implementando Temer. Además, va a necesitar aliarse con ese sector para conformar un grupo importante en el Congreso”, analizó Salas Oroño.
Política exterior. Sus definiciones son vagas y apenas menciona a la Argentina, al comparar la infraestructura ferroviaria de los dos países y la tenencia de armas de la población. Además, el candidato de la ultraderecha propone “dejar de hacer negocios con dictaduras sangrientas” y “no ofender” a países democráticos como Italia e Israel. En esa línea, anunció que de llegar a la presidencia cerraría la embajada de Brasil en Palestina.
En cuanto a las estrategias de seguridad, Bolsonaro propone una “guerra” contra el narcotráfico. Para eso, insiste en la sanción de leyes que protejan “jurídicamente” a los policías que maten o hieran a delincuentes. También apuesta por bajar la edad de imputabilidad de 18 a 16 años y defiende la tenencia de armas por parte de civiles