La sesión del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) tuvo que analizar en el día de ayer las denuncias que llegaron desde Tegucigalpa sobre la situación de Manuel Zelaya y algunos otros seguidores que permanecen recluidos en la Embajada del Brasil. Al respecto, el embajador de Brasil ante la organización, Ruy Casaes, acusó ayer al gobierno de facto de Honduras de utilizar todo tipo de "torturas" contra el grupo de hombres y mujeres que permanecen allí residiendo.
Casaes presentó la denuncia en una sesión que analizó también el estancamiento del diálogo entre las autoridades de facto Roberto Micheletti y el derrocado Zelaya. En tono pausado pero con muchísimos detalles, el diplomático brasileño relató como las fuerzas militares y policiales que rodean la embajada buscan interrumpir durante la noche el sueño de las personas que permanecen en la sede y como además los someten a un trato inhumano. Entre otras cosa contó que:
“No dejan dormir, apuntan con 4 cañones de luz toda la noche. Son de altísimo poder que aunque se tapen las ventanas, parece pleno día”.
“Tienen militares apostados en 2 torretas frente a la Embajada, que controlan todos los movimientos con binoculares las 24 horas”.
“Por la noche tocan cornetas, imitan ruidos con micrófonos, sonidos de animales, como ser caballos, perros, gallinas y papagayos...”.
“Controlan la comida que llega. No aceptan que entren frutas, enlatados y alimentos secos. Toda la comida que permiten entrar tiene que ser previamente cocinada y pronta. Llega en recipientes térmicos, pero a veces no se entrega inmediatamente. La hacen revisar por perros, y a veces la dejan al sol por muchas horas, hecho que ya generó diarreas por el precario estado de conservación. Otras veces... les llega la mitad de las porciones, el resto está comido por vaya a saber que...”.
“No retiran la basura y esta se ha acumulado excesivamente. Hay moscas por todos lados y peligro de infección”.
“Bloquean los celulares con ciertas frecuencias, los teléfonos están siendo escuchados y están pinchados”.
“Todo el que entra y sale es cacheado en forma abusiva e innecesariamente, inclusive le ocurre a todos los funcionarios brasileños. No dejan entrar a personal externo hondureño subcontratado, ni siquiera a un técnico que se necesita para arreglar un tanque de agua”.
El embajador brasileño ante la OEA pidió que se trate el problema urgentemente (también la ONU había dado una resolución de inviolabilidad de la Embajada hace dos semanas). Al respecto y en respuesta, la OEA ayer en sesión del Consejo Permanente ha expresado su condena enérgica y ha exigido al gobierno de facto que termine con tales acciones que violan la Convención de Viena sobre relaciones diplomáticas.
(*) Especial para Perfil.com