El presidente del Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil, Rui Falcao, descartó ayer que su país vaya a implementar una ley de medios similar a la que rige en la Argentina. “No queremos para Brasil el modelo de la Argentina y de Venezuela –declaró Falcao–. Queremos libertad de expresión y a los monopolios dentro de la ley. Queremos cambiar el sistema de concesiones y evitar que los políticos sean dueños de los medios de comunicación”.
Falcao participó en el foro “EFE Café de la Mañana” que la agencia de noticias EFE organizó por séptima vez en San Pablo. El dirigente es diputado regional en la ciudad paulista y al mismo tiempo coordinador del equipo de campaña para la reelección de la presidenta Dilma Rousseff, que también integran el ex mandatario Luiz Inácio Lula da Silva y el gurú publicitario Joao Santana.
“No propongo expropiarlos (a los políticos que poseen medios), pero es necesario crear un período de transición para que los dueños opten entre un mandato legislativo o seguir con los medios de comunicación”, agregó Falcao. En su opinión, “los oligopolios mediáticos utilizan los canales informativos para mantenerse en el poder, y la Constitución prohíbe eso”.
Aunque no ahondó en la experiencia argentina, el funcionario subrayó que “la realidad de Venezuela no tiene que ver con la realidad brasileña”. Señaló que en el país caribeño “hay conflictos con grandes grupos de comunicación y denuncias de que se aliaron con golpistas, aunque nada justificaría impedir la circulación de los medios”.
“Fuimos los que más luchamos por la libertad de expresión y necesitamos una ley que la haga valer, pero tenemos monopolios y oligopolios que no fueron reglamentados”, consideró el dirigente, y reiteró que el proyecto de ley del PT es “sin censura y sin ningún tipo de restricción”.
Durante el mandato de Rousseff, los petistas retomaron una iniciativa de la gestión de Lula da Silva, cuyo principal objetivo era evitar la “propiedad cruzada” de medios. Al igual que en la Argentina, la idea original de la administración de Lula era impedir que las empresas se desempeñaran al mismo tiempo como administradoras de redes y productoras de contenidos.
Una ley así afectaría al grupo Globo, la cadena con mayor audiencia y facturación de Latinoamérica. A fines de 2010, el gobierno de Lula convocó a un seminario de expertos internacionales para que expusieran sobre regulación de medios en otros países