Camioneros de Brasil cumplen este miércoles el noveno día de protesta en contra del aumento del diésel, en medio de la subida internacional del precio del petróleo. Los trabajadores además bloquean diferentes puntos estratégicos en todo el país.
Los camioneros reclaman, entre otras cosas, una reducción de la carga tributaria sobre el diésel, después de que éste aumentó en promedio un 8% en las gasolineras en lo que va del año, al seguir la política de precios de Petrobras alineada con el mercado internacional, según se desprende de cifras de la Agencia Nacional del Petróleo (ANP).
El diésel supone casi un 42% de los costos de negocios del sector, de acuerdo con la Asociación Brasileña de los Camioneros (ABCam), informó la agencia internacional AFP.
"La expectativa es que en el día de las manifestaciones cesen y los camioneros vuelvan a trabajar. Aún existen algunos puntos de bloqueo, pero la huelga reivindicativa fue resuelta", afirmó el secretario general de la Presidencia, Carlos Marún, en declaraciones radiales días atrás.
Líderes de los transportistas se habían mostrado dispuestos a levantar los bloqueos que buscaban una baja de los precios del diésel, después de que el presidente Michel Temer anunciara medidas para atender sus reivindicaciones. Las mismas fueron publicadas en una edición extra del Diario Oficial de la Unión, como lo exigían los camioneros como garantía de que las promesas serían cumplidas. El viernes el jefe de Estado había ordenado movilizar a las fuerzas armadas para frenar la huelga, pero la polémica medida no dio mayor efecto.
Nueve días de conflicto. Desde el 21 de mayo, los camioneros brasileños bloquean varias rutas en 25 estados del país, lo que provocó una paralización casi total del tránsito en las carreteras nacionales, así como una crisis por desabastecimiento de alimentos y combustible en todo el territorio.
Temer llamó el viernes 25 a las fuerzas armadas a intervenir y desbloquear las carreteras e incluso emitió un decreto de Garantía de Ley y Orden (GLO) en todo el territorio nacional, que permite la actuación del Ejército para realizar el procedimiento. Sin embargo, pese a los decretos que emitió el mandatario, los camioneros seguían sus acciones en las rutas del país y los efectos de la crisis iban en aumento.
La huelga tiene efectos devastadores: casi todas las estaciones de servicio del país están desabastecidas y los productos frescos son cada vez más escasos en los comercios. Once aeropuertos del país están desabastecidos y el de Brasilia suspendió vuelos.
Varios estados, como los nororientales Sergipe y Pernambuco, y la ciudad de San Pablo decretaron el estado de emergencia. Algunas universidades suspendieron sus clases.
“Multaremos con cien mil reales por hora (aproximadamente US$ 30 mil) a los dueños de transportadoras que no vuelvan a sus actividades”, anunció en conferencia de prensa Marún.